Pepe Beúnza: «Estamos perdiendo el miedo a un ritmo extraordinario».
El Punt Avui. Lunes, 4 de Noviembre de 2019.
Política.
Barcelona. Lunes, 4 de Noviembre de 2019, 2 horas.
Pepe Beúnza.
Primer insumiso político en el Estado español.
«Estamos perdiendo el miedo a un ritmo extraordinario».
«Tenemos que llenar las prisiones y habremos ganado, como pasó con la lucha de los insumisos».
«Hay que empezar a desobedecer leyes injustas».
«El Estado va loco para que salga una ETA catalana, no tenemos que caer en la trampa de la violencia».
«Estamos perdiendo el miedo a un ritmo extraordinario». Foto: Josep Losada.
Maestro del pacifismo.
Nació a Jaén, pero hace más de 30 años que vive en Cataluña. Fue, el 1971, el primer objetor de conciencia del servicio militar español. Fue a la prisión por haber defendido sus ideas pacifistas y compartió cautiverio con miembros de ETA, anarquistas y comunistas. De los debates constantes que mantenían, salió reforzada su convicción que la no-violencia no sólo es la forma de lucha más noble, sino también la más eficaz. El Estado suprimió la mili 30 años después, en 2001.
Laia Bruguera. Barcelona.
«La policía no es nuestro enemigo, es el cebo para desviarnos de nuestros objetivos».
Fue el primer joven que entró en prisión por haberse negado a hacer la mili, pero cuando treinta años después el gobierno anunció que suprimía el servicio militar obligatorio, tuvo poco tiempo para celebrarlo, porque entonces empezaba la lucha contra la guerra de Irak. «Los frentes no se acaban nunca», ironiza Pepe Beúnza pocos días después de estrenar la campaña de autoinculpaciones de Òmnium Cultural.
–¿Por qué ha presentado al juzgado una denuncia en que dice que también tiene que ser juzgado por el 1-O?–
–La autoinculpación es un acto que proviene de la no-violencia y se basa en un principio de la desobediencia civil que dice que si un gobierno encarcela gente justa, el lugar de toda persona justa es la prisión. La sentencia es una venganza y por eso interpelamos a los jueces para que se den cuenta que están colaborando con una situación injusta. Esto, si se hace solo, tiene un sentido de dignidad personal, pero si se hace de manera organizada y colectiva, puede cambiar un gobierno.–
–Mucha gente dice que ya no tiene miedo. ¿Hasta qué punto es cierto?–
–Hemos aprendido a superar el miedo en función de un valor más grande que es la dignidad personal. Y esto creo que lo hemos conseguido, porque firmar este papel supone un desafío a unos jueces que hemos visto que son muy crueles y poderosos. Hemos avanzado mucho y a un ritmo extraordinario, y esto es muy importante, porque la fuerza de los restos de franquismo que quedan en el poder es nuestro miedo. Si la perdemos, nosotros tenemos el poder.–
–Defiende que estamos preparados para pasar a una nueva fase de la lucha no violenta. ¿Dónde estamos y adónde tendríamos que ir?–
–Siempre hay de haber diálogo, porque todos los conflictos se acaban con negociación, y si no hay se tiene que denunciar, que es lo que estamos haciendo ahora. Pero la próxima etapa es la no-cooperación y también la desobediencia civil. Cuando un mecánico de Reus se negó a arreglar el coche al policía que había zurrado a sus vecinos el 1 de Octubre, le acusaron de un delito de odio, pero no era cierto: era no-cooperación.–
–¿También sería el momento de los polémicos boicots?–
–Tendríamos que promocionar, ya desde ahora, a las empresas que nos gustaría que fueran un modelo para la república. Y después puede venir el boicot y acciones más contundentes. El consumo responsable es clave. ¿Por qué tenemos que comprar productos a empresas que dan dinero al Partido Popular o a la Fundación FAES o a las que hablan mal de nosotros?–
–¿Qué acciones más se prevén dentro de esta etapa?–
–En las fases más avanzadas de la lucha no violenta, centenares de personas van a la prisión. Por eso hay que pasar a la etapa de la desobediencia civil. Se escoge una ley injusta, como la mordaza, y se desobedece. Si lo hace una persona sola es testimonial, pero si se hace en grupo tiene una fuerza extraordinaria. Es lo que hicieron Martin Luther King en los Estados Unidos y Gandhi en la India.–
–Pero aquí luchábamos para liberar nueve personas. ¿La solución es continuar engrosando la lista?–
–No explico teorías, lo vimos con la lucha de los insumisos. En el momento en qué 20.000, 30.000, 40.000 jóvenes estaban dispuestos a ir a la prisión, se acabó el servicio militar obligatorio, lo tuvieron que sacar porque no podían superar esta fuerza.–
–¿Y quien no quiera asumir el riesgo?–
–Hay muchos que están preparados para un acto tan heroico como la prisión, pero los que no, que denuncien, que los apoyen, que hagan propaganda, que construyan república... Hay trabajo para todos.–
–¿Quién tiene que dirigir estas acciones de desobediencia civil?–
–Tenemos un problema grande en Cataluña, que es que no hay unidad de acción y coordinación. La ventaja es que las respuestas son diferentes y originales, y esto dificulta la represión. A mí me gustan más las organizadas y dirigidas, pero la realidad no va hacia aquí y nos tenemos que adaptar.–
–Dice que el que la violencia policial de este días demuestra es que el Estado no sabe reprimir acciones no violentas.–
–Primero hubo todo un movimiento de provocación e infiltrados y de aprovechar la rabia para crear un espacio de aparente violencia. A partir de aquí, el Estado ya está legitimado para abrir cabezas a golpe de pelotas y porras. La policía no es nuestro enemigo, es el cebo para desviarnos de nuestros objetivos. Es un tema que se tiene que discutir mucho, porque en el momento en que entremos en esta trampa, ellos ya pueden practicar toda la violencia represiva que tienen preparada.–
–¿Le preocupa que se vaya por este camino?–
–Me preocupa porque es lo que está buscando el poder desde hace mucho tiempo; están locos para que salga una ETA catalana, por eso hay esta represión en las calles, estas condenas tan altas, por eso se cogen jóvenes y se les acusa de terrorismo sin encontrar nada... Por suerte la gente está aguantando muy bien. Pero si has visto como daban golpes de porra a tu hijo, te venden ganas de coger las pistolas; este es el drama terrible que tenemos que evitar.–
–El drama del País Vasco.–
–Sí, pero es que no se volvieron locos de repente y toda una generación empezó a matar gente. Tenemos que estudiar como sale ETA y por qué. El aparato represivo estuvo contentísimo de cómo acabó todo, y aquí intentan que sea lo mismo y lo tenemos que evitar.–
Enlace de la entrevista original en catalán:
https://www.elpuntavui.cat/politica/article/17-politica/1690329-estem-perdent-la-por-a-un-ritme-extraordinari.html
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