El Nacional. Domingo, 19 de noviembre de 2017.
La revuelta pacífica (1).
Entender la estrategia de la no violencia.
Eduard Peris y Xavier Carmaniu.
La revuelta no violenta (primera parte).
Foto: Brödbaron.
El Nacional. Barcelona. Domingo, 19 de noviembre de 2017.
Tiempo estimado de lectura: 8 minutos.
El independentismo catalán del siglo XXI se caracteriza por utilizar la estrategia de Resistencia No-Violenta (RNV). Es el mismo camino que siguió a la India para liberarse del Imperio Británico, que permitió a los daneses resistir contra Hitler o a los polacos a derribar el régimen comunista. Ahora bien, la resistencia no violenta va más allá de las manifestaciones multitudinarias. Así pues, ¿en qué consiste la RNV?
La RNV es una estrategia contrastada y muy eficaz para obtener cambios políticos concretos. Un estudio académico realizado por las politólogas estadounidenses Erika Chenoweth y Maria Stephan apunta a que de un total de 323 casos de resistencias civiles ocurridos entre 1900 y 2006, las estrategias no violentas funcionaron en un 53% de los conflictos y, en cambio, la aplicación de la fuerza sólo alcanzó su objetivo en un 26% de los casos.
Para entender los mecanismos de la RNV, esta serie de artículos analizará sus líneas estratégicas y tácticas mediante diferentes casos prácticos. Estos ejemplos comparten 10 principios teóricos. Este decálogo es la base de la RNV.
1. La RNV pretende obtener un cambio político. Como dice Carl von Clausewitz, «la guerra es la continuación de la política por otros medios». Aunque parezcan de entrada bastante diferentes, las doctrinas militares y la RNV persiguen un mismo objetivo: lograr un cambio político. La diferencia radica sólo en las armas que cada estrategia utiliza. Mientras que las estrategias militares utilizan armamento letal, la RNV recurre a todo un arsenal de armas de tipo psicológico, social y económico. No se trata de un movimiento de resistencia pacífica, ya que la RNV no se opone a la violencia por razones morales (como hace el pacifismo) sino por razones utilitaristas. Es decir, se puede ser pacifista con el corazón, y no violento con la cabeza.
Para alcanzar el cambio político deseado, la RNV necesita definir el objetivo estratégico de la campaña, que debe ser claro y limpio. En el caso de Mahatma Gandhi fue el de forzar a Inglaterra a negociar la independencia de la India y en el de la Dinamarca ocupada por Hitler el de resistir la invasión nazi con el mínimo de bajas posibles.
Una vez establecido, se llega al objetivo mediante acciones operativas y tácticas. En otras palabras, no se deja nada al azar. Las estrategias se planifican, se estudian los recursos disponibles, se diseñan acciones a corto, medio y largo plazo y se analizan los puntos fuertes y débiles tanto propios como del adversario. Toda acción debe servir para alcanzar el objetivo estratégico. Como dice Robert L. Helvey, «la estrategia determina las batallas que se han de luchar».
2. La RNV ataca los centros de poder del adversario. Gene Sharp, uno de los padres de la RNV, explica que el poder de los líderes de los sistemas políticos deriva de la obediencia y la cooperación de la sociedad. Así pues, toda acción debe tener como objetivo reducir los sistemas de poder de los que depende el adversario.
La gente tiende a obedecer por seis razones: hábito (siempre lo han hecho así), el miedo a la represión, por obligación moral (bien por ideología, bien por religión), interés personal (acuerdos de élites económicas con el poder), identificación psicológica con los líderes del sistema político, indiferencia (considerarse apolítico) y falta de confianza en uno mismo.
La estrategia dicta de que la ciudadanía debe dejar de obedecer al adversario. Así tambalean sus centros de poder político, económico, judicial, etc. Por ejemplo, en la India, miles de funcionarios locales dejaron de trabajar para el Gobierno británico reduciendo su control administrativo. Y los activistas sudafricanos que luchaban contra el Apartheid promovieron un boicot económico al Gobierno supremacista, llevándolo hacia la bancarrota.
3. La RNV consigue una base de seguidores más ancha que la lucha armada. Según Chenoweth y Stephan, no todo el mundo acepta moralmente el uso de las armas. Además, la RNV permite que todos participen en el movimiento, ya que no todas las acciones conllevan riesgos. Sharp divide el nivel de participación de la ciudadanía en tres:
- Protestar y persuadir: Estas acciones no constituyen un ataque directo a los pilares del poder del adversario, pero obtienen un impacto indirecto, exponiendo las acciones violentas del régimen adversario o explicando la necesidad del cambio político. Por ejemplo, la presentación del Gernika de Picasso en la Exposición Universal de 1937 contribuyó a denunciar la brutalidad de los regímenes fascistas en Europa.
- No cooperar: Ningún gobierno puede funcionar sin el apoyo de la gente. La no cooperación ataca el poder del adversario y reduce su fuerza. En la Dinamarca ocupada, los trabajadores hacían el trabajo poco a poco y cometiendo errores. Al reducir su productividad la industria bélica nazi no avanzaba al ritmo previsto por Hitler.
- Intervenir: Aquellas acciones que se enfrentan directamente a los pilares de poder del adversario. Por ejemplo, el filósofo estadounidense Henry Thoreau dejó de pagar impuestos para protestar contra la esclavitud; convirtiéndose en uno de los padres teóricos de la RNV.
Este tipo de acciones hacen el efecto de una bola de nieve y generan nuevas propuestas que involucran a más personas. Por ejemplo, cuando un movimiento detecta que el sistema judicial es un pilar de poder del adversario, los abogados proponen acciones que lo paralizan. En otros casos, policías jubilados explican a los jóvenes activistas las estrategias de las unidades antidisturbios.
4. Las acciones de la RNV son creativas, y permiten enfrentarse al adversario allí donde menos se le espera y donde le faltan respuestas efectivas. Es lo que el estratega militar Sir Liddell Hart define como «aproximación indirecta».
El humor es una de estas aproximaciones indirectas. Los activistas serbios del colectivo OTPOR que luchaban contra el dictador Slobodan Milosevic son un referente. Su acción más celebrada fue pegar una fotografía del dictador en un barril y dejarlo en el medio de una calle céntrica, acompañado de un palo. La gente espontáneamente comenzó a golpear la fotografía de Milosevic, y enseguida se formaron largas colas para «golpearle». La policía no supo qué hacer (no es delito dar golpes a un barril), y al final tuvieron que retirarlo, dando la imagen que Milosevic era arrestado. De forma similar, activistas tunecinos se enfrentaron a los militares «armados» con barras de pan demostrando coraje. Como dice el activista serbio Srdj Popovic, el humor tiene la ventaja de que incrementa la confianza y tiene un factor «cool» que hace que todo el mundo se quiera añadir. Además incita a sobre-reacciones del adversario que le pueden ser estratégicamente nefastas, como explica el punto siguiente.
5. La RNV hace uso de la fuerza del adversario, el jiu-jitsu político. Como explica Hannah Arendt en su tratado sobre el totalitarismo, sólo los regímenes ilegítimos necesitan usar la fuerza para obtener el apoyo del pueblo. Consecuentemente, todo abuso de autoridad contribuye a reducir su legitimidad y, al mismo tiempo, refuerzan moralmente a los que se oponen sin violencia, con la ventaja adicional que internacionaliza el conflicto. Fue el caso de Gandhi, cuando The New York Times publicó en portada que los británicos lo habían detenido.
6. El apoyo internacional es un arma de doble filo. Es un error confundir simpatía con apoyo internacional. Los estados sólo se toman en serio un movimiento social cuando impacta en sus intereses particulares. Los Estados Unidos apoyaron a Gandhi cuando se dieron cuenta que podía convertirse en un nuevo interlocutor en la Guerra Fría para contrarrestar la creciente influencia soviética en el subcontinente indio. En otros casos, los movimientos sociales despiertan atención por qué afectan los intereses de los estados de forma negativa, por ejemplo creando una crisis económica (que se dispare la prima de riesgo) o aliándose con un adversario moral.
7. El uso de la violencia siempre es contraproducente. No hay excepciones. Cualquier acción violenta provoca una escalada de violencia contra un adversario, a menudo mejor preparado para ganar una conflicto armado. Además, por pequeña que sea, será magnificada mediáticamente, haciendo perder la batalla del relato a nivel nacional e internacional. La violencia reduce la simpatía por el movimiento, ya que siempre hay una parte de sus activistas que la rechaza.
8. La RNV requiere abrir nuevos frentes ajenos a la causa del movimiento. La máxima «divide y vencerás» es aplicable a la RNV. La aparición de un segundo frente obliga al régimen a dividir sus recursos. Para abrirlo, el movimiento cívico puede apelar a los valores que más impacten a los seguidores de una potencial segunda causa. Por ejemplo, no todo el mundo puede estar a favor de una secesión, pero el movimiento puede concentrar sus campañas mediáticas en la falta de calidad democrática del adversario o en su corrupción, como en el caso polaco donde los trabajadores consiguieron el apoyo de los estudiantes. Una vez creados los vínculos, las dos facciones trabajaron juntas, organizando campañas paralelas y provocando acciones simultáneas, dividiendo las fuerzas del contrincante.
9. la RNV es una estrategia a largo plazo. Los líderes del movimiento suelen ser absolutamente transparentes con sus activistas sobre este punto, para evitar situaciones de desánimo. Los casos históricos demuestran que, en general, hay tiempo para organizarse, identificar los centros de poder del adversario y planear acciones específicas que tengan relevancia estratégica. Además saber que la campaña será larga permite dosificar los esfuerzos de los activistas y no generar falsas expectativas. Una victoria rápida suele ser una sorpresa agradable.
10. La mayoría de las RNV terminan con una negociación, aunque esta generalmente no fuera una opción al principio del conflicto. La RNV permite aumentar el poder de negociación del movimiento cívico a medida que este se fortalece. Son muchos los conflictos políticos que a priori parecen estancados y terminan con una negociación. Hay dos formas –compatibles– de crear las condiciones para obligar a un contrincante político a sentarse en la mesa. La primera es atacando las estructuras que sustentan su poder. La segunda es provocar que terceros el presionen. Fue el caso de Kosovo, donde los activistas forzaron la intervención de la comunidad internacional. No es recomendable detener las acciones no violentas durante el periodo de negociación, ya que esto reduce la fuerza del movimiento.
En definitiva, con estos 10 puntos, queda demostrado que la RNV debe ser estudiada con la misma seriedad que los militares estudian sus doctrinas. Las acciones efectivas parten de una buena comprensión de los principios de la RNV para llegar a reducir de forma efectiva las estructuras de poder del adversario y evitar los errores más habituales: hacer uso de la violencia, organizaciones acciones sin relevancia estratégica o desmotivar el movimiento con acciones poco efectivas. Hay que preparar todo al detalle. Por ejemplo, los activistas por los derechos civiles de los años 60 en los Estados Unidos se entrenaron antes de llevar a cabo sus acciones. Cuando decidieron entrar en comedores segregados, donde eran insultados y agredidos por la población blanca, fueron capaces de mantener las formas y no responder con violencia porque los días anteriores habían practicado el ejercicio con sus colegas, anticipando insultos racistas y aprendiendo a controlarse.
A lo largo de la historia colectivos sociales y naciones de todo el mundo han conseguido su objetivo con la RNV. En definitiva, tal y como se explicará a los siguientes artículos, la ciencia política y la historia demuestran que es eficaz cuando se lleva a cabo con seriedad y rigor sin perder nunca de vista el objetivo final.
Eduard Peris Deprez Es especialista en estudios de la guerra y doctorando del King's College (Londres). Xavier Carmaniu Mainadé Es doctor en Historia Contemporánea.
Enlace del artículo original en catalán:
http://www.elnacional.cat/ca/politica/no-violencia-independentisme-1_213204_102.html
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