Espai de Dissidència. La bitácora de Xavier Díez. Miércoles, 19 de Junio de 2019.
Historia.
La Satyagraha del Primero de Octubre, de Joan Martínez Alier.
Reproduzco aquí el artículo que el pensador Joan Martínez Alier acaba de escribir y que pide difusión:
Ahora hay varios políticos y dirigentes sociales catalanes encarcelados o en búsqueda y captura, procesados por «rebelión y sedición». También lo fueron en su día José Rizal (fusilado cerca de Manila el 31 de Diciembre de 1896) y Ferrer i Guàrdia, en 1909 (los dos en periodos borbónicos-democráticos). Ahora no los fusilarán. Aquí hay cuestiones técnicas de inocencia o culpabilidad según el código penal pero hay cuestiones también de triunfos o derrotas históricas. Rizal no perdió sino que ganó (aunque habría estado mejor para él y las Filipinas si se hubiera exiliado a tiempo). Ferrer i Guàrdia tampoco perdió históricamente, y si perdió no fue en 1909 sino, en todo caso, en 1939 y sólo por unas décadas. Ferrer i Guàrdia vive históricamente como librepensador y anarquista y no como nacionalista catalán aunque era catalán. Si uno puede sobrevivir políticamente a un fusilamiento, más fácil tiene que ser evitar una derrota histórica después de ser condenado a unos años de prisión o de exilio por rebelde y sedicioso contra el Estado español. Y salir de la prisión diciendo, «lo volveremos a hacer».
Las acciones políticas no violentas están muy vinculadas en la Cataluña de los últimos años a los escritos y acciones de Xirinacs, y también al movimiento de insumisos al servicio militar que desde la década de 1970 sufrieron años de prisión y fueron finalmente triunfantes. Ellos estuvieron influidos por Gandhi y por Martin Luther King.
Gandhi no ha sido citado, me parece, en el juicio de Madrid, quizás por modestia de los encarcelados y de sus abogados. Es, pero, muy pertinente para entender el Primero de Octubre, un acto masivo de desobediencia civil. Los más de dos millones de catalanes que fuimos a votar pareciamos satyagrahis, dispuestos a recibir golpes de porra y rasguños de balas de goma sin ninguna violencia de parte nuestra. Recordé el episodio de la marcha de la sal de Gandhi en el film biográfico, que he visto tan a menudo, de David Attenborough. Oleadas de pacíficos satyagrahis hacia los depósitos estatales de sal, recibiendo golpes de lathi (porras de madera), una oleada tras otra, sin volverse.
De este día glorioso del Primero de Octubre del 2017 podríamos decir, para que nos entiendan mejor en el mundo, la satyagraha del referéndum. Un referéndum del todo legal no lo fue. En todo caso, un referéndum legítimo, con violencia por parte del Estado español y sin violencia por parte de los catalanes que fuimos a votar. Pensé en el nombre de satyagraha el mismo día, participando en este acto multitudinario de desobediencia civil que marcará el futuro de Cataluña. Un momento de valentía no violenta, nada frecuente en la historia de Cataluña. Enseñanzas recibidas de Xirinacs, y de Pepe Beúnza y todos los que se opusieron a la obligación de ir al «servicio militar» a costa de años de prisión. Todos ellos lectores de Gandhi.
La palabra satyagraha nació un 11 de septiembre de 1906 en el Transvaal en Suráfrica donde Gandhi defendía a los inmigrantes de India. Por casualidad, el 11 de septiembre es también la Fiesta Nacional de Cataluña, conmemora la derrota de 1714, la caída de Barcelona ante las tropas borbónicas. También fue un día de terror en Santiago de Chile en 1973, con la muerte de Salvador Allende, consecuencia del golpe de estado militar del general Pinochet. Años más tarde, el 11 de septiembre pasó la tragedia de Nueva York, los aviones estrellados en el World Trade Center.
El 11 de septiembre del 1906 fue, por el contrario, un día muy positivo en la historia política de la humanidad. Gandhi declaró una protesta masiva a una ley del Transvaal que obligaba a registrarse como indios, gente «de color», a los inmigrantes que habían llegado de la India los años anteriores. En una protesta de mucha gente en Johannesburgo, Gandhi propuso un acto de no-violencia, una satyagraha (como las que organizaría años después en India), una palabra nueva que significaba un acto colectivo no-violento, un acto sacrificado, de lealtad a la verdad y a las propias convicciones, rechazando, en este caso, la obligación de registrarse incluso si los ponían en la prisión, como las autoridades hicieron. Ninguna violencia física contra la policía, resistencia activa pero sin violencia, rechazo al registro. Parecido al Primero de Octubre en Cataluña. En Suráfrica la resistencia duró siete años, miles de indios fueron encarcelados y Gandhi (que era abogado) también fue encarcelado, algunos quemaron los carnés de identidad, algunos fueron muertos por rasgos de la policía. Gandhi aprendió allí como hacer movilizaciones en forma de satyagraha. Los que participaban y participan se denominan satyagrahis. Gandhi fue condenado en prisión diversas veces por sedición en Suráfrica y más tarde en India por los jueces colonialistas.
Y en esta línea de actuaciones masivas de desobediencia ciudadana, se podría usar en Cataluña una de las formas de satyagraha (hay diversas: huelgas de hambre, marchas en las calles y carreteras...) que en Hindi se llama jail bharo andolan, movimiento para llenar las comisarías, los juzgados y las prisiones de arrestados y prisioneros, miles de personas. Una de las cosas que me sorprendió del Primero de Octubre fue que la policía española y la guardia civil dieran golpes de porra a los votantes pero que no detuvieran a casi ninguno, a pesar de nuestra actuación ilegal (según las leyes españolas). Pensándolo mejor, obviamente no tenían suficiente lugar en las camionetas para llevarse miles de personas a las comisarías, quizás habría que haberlas puesto en los campos de fútbol agravando el escándalo internacional.
Celebremos pues la satyagraha del referéndum del Primero de Octubre. Los resultados numéricos fueron buenos pero todavía mejor el acto masivo de desobediencia civil por una causa justa, como enseñó Gandhi. La mejor biografía de Gandhi hasta ahora, donde se explican estas historias, la ha publicado mi amigo Ramachandra Guha en 2018, tiene mil páginas, merece la pena leerla y hacerla llegar a los presos políticos si no lo han visto todavía.
Enlace del artículo original en catalán:
https://blocs.mesvilaweb.cat/xavierdiez/?p=270686
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