Al servicio de este pueblo.
Avui. Martes, 30 de Mayo de 1978. Página 5.
Qué se piensa en Madrid de nosotros.
El martes pasado volví al club Siglo XXI de Madrid. La primera vez habló Jordi Pujol. Ésta, hablaba Josep Benet. Tema: «La cuestión catalana y la nueva Constitución». Aún no había terminado la sesión del pleno del Senado. Llegué a cinco minutos para terminar la conferencia. Después venía una cena. Me quedé. No sé cómo fue la conferencia.
En la cena, tenía a mi izquierda don Tomás Garicano Goñi. Cuando fue ministro de la Gobernación me había multado y metido en la cárcel de Zamora en 1972. También adoptó represalias en Benet. Ahora le haga la presentación de la conferencia y estuvimos conversando «tete a tete» toda la cena. Me habían dicho que había cambiado mucho. En sus últimas actuaciones como procurador en Cortes también yo le había observado un cambio. En rigor, ya intentaba abrirse cuando fue ministro, pero sus subordinados se lo impidieron.
La sobremesa fue de lo más ilustrativa. Ballarin Marcial de UCD preguntó a bocajarro a Benet que opinaba de la autodeterminación y del concierto económico de Cataluña. Benet se declaró partidario del derecho a la autodeterminación como del derecho al divorcio. Pero se apresuró a decir que él personalmente no quería ni la separación de España ni la separación de su mujer, que estaba allí presente, al otro lado de Garicano Goñi.
Saltó Unzueta Uzcanga, senador del PNV por Vizcaya y endureció la situación hablando de la independencia y de la autodeterminación nacional. El presidente del club Siglo XXI, Antonio Guerrero, que hacía de moderador, le cortó. Garicano Goñi susurraba a mi oído: «Esto es puro cantonalismo».
Ballarín Marcial quería también saber cómo iría la cuestión de las pesetas. Los vascos piden concierto económico especial. Álava y Navarra ya tienen. Vizcaya y Guipúzcoa quieren. ¿Lo quiere Cataluña? Benet manifestó que él no sabía que nadie lo pidiera en Cataluña. Yo pienso, sin embargo, y así me lo confirmó el senador Subirats al día siguiente, que sin alguna forma de retención y propia administración de los impuestos por parte de Cataluña, nuestra autonomía será puramente simbólica.
Las susceptibilidades madrileñas con respecto a nosotros llegan a unos extremos insospechados para quien no frecuenta los ambientes políticos de la capital. Pujol fue con pies de plomo. Benet, que dio a todos unas admirables lecciones de historia, también.
Lluís M. Xirinacs.