Al servicio de este pueblo.
Avui. Sábado, 29 de Abril de 1978. Página 7.
Pujol en Madrid.
El jueves por la noche, en los locales del Club Siglo XXI del Eurobuilding de Madrid, Jordi Pujol dio su conferencia sobre «desequilibrios territoriales en España». No pude asistir a la cena-coloquio posterior. El senador por Girona Francesc Ferrer me hacía, disgustado, a la mañana siguiente: «Los madrileños no pueden entender que somos una nación».
Pujol, en tres cuartos de hora de espeso discurso en castellano, nos dijo muchas cosas y demostró una envidiable agilidad mental y verbal y un alto sentido de responsabilidad que a veces la gente confunde con un sentido de moderación.
También hay que poner en su «Haber»: la oportunidad del tema elegido en unos momentos de fricciones y recelos entre los diferentes pueblos del Estado de cara a las autonomías. la forma de enfocar la conferencia como el inicio de un gran debate abierto a todos los estamentos del país, especialmente en las Cortes, y la sugerencia de que el Senado se configure como la Cámara responsable de la coherencia de los diferentes territorios.
Animó estos territorios a asumir su papel histórico y su madurez social. Y fue lo suficientemente valiente para afirmar en el mismo Madrid que la fuerza territorial sólo se logrará si las personas emprendedoras de cada territorio renuncian a coronar su carrera instalándose en Madrid. «Hay que permanecer en el propio territorio y hay que cortar la fuga de personalidades hacia Madrid». Especialmente se refería a los empresarios. Yo hubiera añadido que los empresarios catalanes de comarcas no huyeran tanto a Barcelona.
Como nota negativa, sólo un cierto regusto de «chauvinismo» catalán. Parecía que sólo los catalanes tenemos espíritu de empresa, como si fuéramos de una raza mejor. «Cataluña era pobre, no tenía grandes capitales, ni materias primas, salvo la sal...».
Yo me preguntaba «¿Por qué no profundiza más en las causas de nuestro espíritu creador que tanto eleva?». A parte de de Dios nadie creó nada de la nada. Cataluña ha disfrutado de unas oportunidades muy precisables que han animado a sus hijos a la creación productiva. Aclararlas podría servir de mucho a los otros territorios para animarse también en el afán creador propio.
Lluís M. Xirinacs.
Nota:
Este artículo fue citado con el titulado «Qué se piensa en Madrid de nosotros», publicado el martes, 30 de Mayo de 1978.