Diario de un senador.
Mundo Diario. Domingo, 25 de Septiembre del 1977.
A Eliseo Bayo.
Has venido a verme, con dos periodistas de «Interviú», magnetofón en ristre como notario. Me dices que he hablado contra ti haciendo insinuaciones y sin aportar hechos, en un artículo que titulé: «Honorable Eliseo Bayo». Me pides que diga públicamente los hechos escondidos tras las insinuaciones para que tú te puedas defender o que retire las insinuaciones. Me consideras honrado y crees que la acusación hecha por un hombre honrado aún hace más daño. Yo te pedí que retiraras la peligrosísima piedra que habías lanzado y veo que no piensas en ello ni por asomo. A pesar de esto considero correctas tus peticiones, considero respetable tu derecho de expresión ejercitado en «Interviu» y agradezco el concepto que merezco de ti. Además has hablado con cortesía y me has escuchado con comprensión.
Ante todo debo aclarar que «las cosas bochornosas de los acusadores» que yo pueda saber por informaciones carcelarias o por otros conductos no se refieren a asuntos de tipo personal o moral, sino de tipo político de importancia. Puedo yo estar equivocado y desearía poder comprobarlo y retractarme. Y nunca implican un juicio de intención de los acusadores, sino sólo las consecuencias de los hechos aludidos y no explicados. El primer párrafo, en el que menciono a Lidia Falcón, fue escrito con la mejor intención de mostrar el afecto que os tengo. Las exigencias de espacio impidieron que desarrollara más este párrafo.
Mi problema principal, para darte satisfacción, es que, por ahora, no puedo explicar los hechos aludidos porque debo evitar malas consecuencias de su divulgación, para terceras personas. Y no puedo retirar las alusiones porque, de momento, estoy convencido de la verdad de los hechos aludidos y de la grave necesidad política de ayudar, con esta alusión, a parar una operación, como la tuya, tan perjudicial a mi entender, para nuestra colectividad.
Siento, de verdad, que esto impida tu defensa. Con declarar que estás dispuesto a defenderte quedas bien públicamente. Y piensa que no eres el único en tener problemas de defensa. El control económico y político de la prensa impide, en amplias áreas de población, la defensa de personas de cuya honorabilidad política pública necesita mucho el pueblo.
Y gracias por los datos que me has dado de tu lucha bastante más larga y más dura que la mía.
Lluís M. Xirinacs.