Al servicio de este pueblo.
Avui. Domingo, 7 de Enero de 1979. Página 5.
Reconstrucción nacional.
Acabo de llegar de Suiza. Las últimas horas en aquel país las he pasado en compañía de la familia Grau. Josep Grau es el corresponsal en Suiza del diario AVUI. También es el secretario general de Casa Nostra, institución que reúne a los catalanes residentes en Suiza. Quiere volver a Cataluña. Hace muchos años que está en el país de los Alpes. Se ha acostumbrado. Tiene miedo de esta tierra nuestra. Las veces que la ha visitado ha encontrado demasiadas cosas desagradables. Teme quemarse. Teme no resistir el desorden que se observa en tantas cosas nuestras. Me recomienda con las últimas palabras que me dirigió: «Procure ir arreglando cosas. Aunque sean pequeñas. Aquellas cosas que afectan al hombre sencillo de la calle. Que se vea un cambio. La suciedad de la calle. Los servicios de la Seguridad Social. La puntualidad».
La impresión que tiene un hombre habituado a vivir en Suiza es que esto de aquí es un desastre. Y, aparte de impresiones, aparte de que, por desgracia, nuestra gente se ha acostumbrado al desastre y ya no se da cuenta, yo, sin vivir en Suiza, siempre he pensado y he dicho que salimos de una guerra y hace falta un esfuerzo de todos de reconstrucción nacional. Cuando se sale de una guerra larga y destructora, es necesario reunir todas las fuerzas del país para reconstruirlo. Es triste que la guerra haya sido tan larga que la destrucción ya se nos haga natural.
No soy exagerado. Después de una guerra civil de tres años han venido cuarenta años de saqueo y depredación. Unos pocos desaprensivos con nombres que se han convertido ilustres, algunos de ellos bien catalanes, algunos de ellos que ahora se llaman nacionalistas, se han enriquecido a costa del pueblo, aprovechando la ventaja de la corrupción, de la ausencia de sindicatos, de la ausencia de oposición. El desarrollo económico español ha sido caótico, irracional, profundamente injusto, explotador de las clases populares, contaminador, imprevisor. Ahora vienen todas las facturas. Ahora se descubren los déficits, los saldos negativos, las corrupciones, los desfalcos, las fugas de capital, las equivocaciones irreversibles.
País devastado. Desastre nacional.
Y sin tener conciencia. Cada grupito continúa haciendo su guerra, buscando situarse bien, de obtener una posición ventajosa. Se continúa manipulando al ciudadano sufrido, atontado, el inmigrante de segunda clase que no llegó a Cataluña en el carro de los vencedores o por la vía privilegiada del cargo elevado.
Cataluña: en esta nueva aurora, después de este largo túnel de destrucción de tu patrimonio, ¡despierta! Vuela por encima de tus pequeñeces. Piensa en todos tus hijos, en todos los que trabajan y viven en Cataluña y la quieren como patria suya de nacimiento o de adopción. Elévate por encima de la vida sórdida de sótano estrecho, al que fueras condenada tanto tiempo.
Hoy todavía tienes la oportunidad de superar un raquitismo que amenaza con convertirse en crónico.
Lluís M. Xirinacs.