Al servicio de este pueblo.
Avui. Viernes, 5 de Enero de 1979. Página 6.
Alternativa electoral.
La ley de Hondt y el mínimo del tres por ciento de los votos impide a los partidos pequeños de jugar en los Parlamentos democráticos. Esta limitación dificulta que el pueblo, ante el fracaso de la actuación de unos partidos mayoritarios, pueda disponer de alternativas. En las elecciones del 15 de Junio funcionó Hondt y el tres por ciento. Y hay que añadir que funcionó la guillotina de la no legalización de muchos partidos que se quisieron mantener fieles a sus programas y a sus reglamentos internos.
Ahora todavía quedan partidos no legalizados, algunos de ellos con evidente injusticia de agravio comparativo. Y volverán a funcionar la ley de Hondt y el mínimo del tres por ciento. Y, además, funcionará la ventaja propagandística de los nombres elegidos el 15 de Junio contra los candidatos nuevos que aún son desconocidos.
Y, sin embargo, el pueblo quiere alternativas nuevas. Leía, hace unas semanas, en la «Hoja del Lunes», que los pactos de la Moncloa fueron negativos para la clase trabajadora y, en buena parte, incompletos en sus aspectos positivos; que la campaña antiterrorista fue un fracaso, aparte de producir la rebaja de los derechos humanos en toda la población; que el resultado del referéndum no llegó ni mucho menos al nivel esperado a pesar de los abusos antidemocráticos de gobierno, Generalitat, televisión, etc, en la campaña.
Si se combaten las posibles alternativas nacionalistas y de izquierdas, surgirán las inevitables alternativas estatalistas y de derechas.
Cualquiera puede comprobar la inmensa desilusión que planea sobre aquellos ciudadanos que acudieron masivamente a las urnas el 15 de junio. El absentismo en el referéndum constitucional aun fue muy superior al que hubo hace dos años en el referéndum para la reforma, aunque ahora se trataba de aprobar el texto legal más importante que pueda existir. No me alegro, no. De ninguna de las maneras. Pero es un hecho y hay que reflexionar. Y, sobre todo, hay que permitir el paso a nuevas fuerzas ilusionadas y ilusionantes. Es necesario que surja una coalición fuerte y joven de políticos nacionalistas y de izquierda capaz de desvelar un nuevo entusiasmo bien fundamentado en tantas personas que ahora yacen desengañadas y que con su abstencionismo podrían dar paso a una nueva derecha reaccionaria.
Momento importante. Expulsemos el sueño de nuestros párpados.
Lluís M. Xirinacs.