Al servicio de este pueblo.
Avui. Martes, 19 de Diciembre de 1978. Página 7.
Inmolados.
Se acabó la discusión del anteproyecto del Estatuto del Principado de Cataluña. Hoy, sábado – crónica escrita el 16-12-1978–, nos hemos pasado todo el día en el último debate sobre la disposición transitoria quinta. Los socialistas han recordado, en la discusión del preámbulo, el 11 de Septiembre de 1976 en Sant Boi del Llobregat. También se han recordado las víctimas que sembraron la semilla que ahora recogemos. Benet mencionó que la línea posibilista y pragmática seguida es la línea de los presidentes Macià y Companys y no la línea purista de Carrasco i Formiguera.
Companys reposa en Montjuïc. Miles y miles de catalanes, fusilados en el Campo de la Bota, reposan en el Fossar de la Pedrera. Me contaban llorosos tantos y tantos familiares como me visitaron ante la cárcel Modelo de Barcelona. Me contaban compañeros suyos, también condenados a muerte, pero salvados a última hora. En la cárcel los ponían en celdas al mismo nivel, porque de lo contrario algunos se suicidaban lanzándose desde el primer o segundo piso de celdas. Había en la calle la lista de los fusilados. Los familiares las recorrían antes de intentar visitarlos. Las esposas se convertían, de repente, en viudas frente al poste de teléfonos ennegrecido que sostenía la lista fatídica y que aún hoy se puede ver a la izquierda de la puerta de la prisión. Cogiditos de la mano de la nueva viuda, los hijitos se convertían en huérfanos.
Me contaban antes de las listas por la amnistía, mucho antes, cuando yo tenía doce años e iba a la Mina a hacer catecismo a los niños de suburbios con los escolapios. Cogíamos el larguirucho y estrafalario tranvía 47 en la plaza de Urquinaona y nos dejaba al inicio de la Carretera Negra que llevaba a la Mina y al Campo de la Bota. Con mi fantasía de niño veía el camión cargado de condenados a muerte avanzar por esa carretera y llegar al amanecer a orillas del mar. El gran murallón iba siendo engullido a trozos por las olas. Sin embargo, aún, quedaba una franja gruesa y altiva. Contra aquella pared iban muriendo. Ahora ya no queda ni la pared.
La Asociación pro Memoria de los Inmolados por la Libertad de Cataluña (calle Moliné, 3, 3º 2ª, Barcelona 6, tel 227.32.40) lucha para mantener presentes aquellos héroes. Todavía la Pedrera es una fosa común. Aún no hay un monolito que nos recuerde a todos la sangre de nuestros patriotas. Todavía el miedo egoísta que no nos pase lo que los pasó a ellos tiene más fuerza que la fuerza que tuvieron para mantener viviente, con su muerte, la dignidad de nuestra patria.
Todavía la frivolidad tiene más peso que la responsabilidad.
Terminado el nuevo, esperado, sudoroso y sangrado Estatuto, salí a la plaza de Sant Jaume y nadie esperaba ni sudaba ni sangraba para estar presente en un momento tan importante. Las ferias de Santa Llúcia invadían la plaza de la catedral. Los grandes almacenes acababan de dar el toque a la gran concentración multitudinaria de la Patria del Consumo que funciona muy bien sin ningún tipo de estatuto.
Mártires nuestros, ahora nos interesa más plantar en casita el árbol de Navidad que vuestro monolito en un foso farragoso.
Lluís M. Xirinacs.