Al servicio de este pueblo.
Avui. Viernes, 1 de Diciembre de 1978. Página 6.
Camino equivocado.
En el minihemiciclo del Salón de la Reina Regente de la Casa de la Ciudad de Barcelona los parlamentarios catalanes han iniciado el debate de las enmiendas al texto provisional de Estatuto del Principado de Cataluña. La polémica se ha encendido a propósito de una enmienda de CDC que reclamaba para el idioma catalán el mismo tratamiento oficial en Cataluña que la Constitución reconoce al castellano en toda España.
La defensa elocuente y razonada ha sido realizada por Maria Rubíes. Pero socialistas y comunistas se han opuesto en nombre del respeto al mundo de los inmigrados. Han aludido al fantasma del lerrouxismo, el peligro de que la comunidad catalana se escinda en dos comunidades opuestas lingüísticamente.
He avisado de que la cosa ya viene mal enfocada y es antijurídica en la misma Constitución. Las personas tienen el derecho de que no se les imponga ninguna lengua que no sea su lengua materna. Y la Constitución (artículo 3) impone el castellano a los no castellanohablantes. Es el Estado quien tiene el deber de disponer de los funcionarios adecuados para atender a los ciudadanos en sus propios idiomas. Y la Constitución no pone ninguna obligación al Estado en este sentido. Una vez más: una Constitución feudal donde el pueblo sirve al Estado en vez del Estado servir al pueblo. El Estado es el señor que manda y el pueblo, súbdito que obedece. Las obligaciones del pueblo emanan del poder y soberanía del Estado.
Equivocado el punto de partida, ha sobrevenido una guerra de obligaciones, a ver quién obliga más: el Estado obliga a los pueblos, la Generalitat obliga a los inmigrantes, etc. Camino equivocado. Tampoco se puede obligar a un inmigrado castellano o gallego a hablar el catalán.
El representante de los socialistas, que hace tres días consiguió que se cambiara el reglamento para poder hacer enmiendas de viva voz, como las que ha presentado hoy, reglamento en mano, no permite que ni Canellas ni yo podamos explicar nuestros votos como hacen los otros.
Han votado en contra de la enmienda de CDC: socialistas, comunistas, Entesa, Centre Català, UCD y Alianza Popular. ¡Tan justa y tan sencilla como era la enmienda! ¡Tan fácil como resultaba dejar al Consejo de la Generalitat las medidas de transición!
Lluís M. Xirinacs.