Al servicio de este pueblo.
Avui. Martes, 21 de Noviembre de 1978. Página 6.
Opinión pública desorientada.
Una gran crispación, fruto del momento constituyente que atravesamos, la competitividad dura entre los diferentes grupos políticos y el azar que siempre juega malas pasadas hacen que exista un confusionismo que a veces lleva al borde de la locura.
Hace días que llamaba la atención sobre falsas informaciones: si Xirinacs se presenta incorrectamente ante Tarradellas, si Cela dedica un pedo a este senador... Ahora Cela desmiente este detalle.
Pero en Nou Barris de Barcelona anunciaron mi presencia en un debate constitucional sin yo saberlo. Ayer pasó lo mismo en Santa Cecília del barrio de Sant Gervasi, habiendo dicho que no mis encargados porque hace demasiado tiempo que tengo apalabrado en hacer igual cosa en la Asamblea Popular de Artés del Bages. El lunes, supongo que por equivocación, se anunciaba una conferencia en el casal de ERC de la Gran Vía, que haré hoy a las 7,30. Y hasta en Teruel anunciaban una conferencia mía, mientras la estaba haciendo en Zaragoza. ¿Se quiere usar mi nombre de cebo? ¿No piensan quienes hacen esto que el público creerá que soy un informal?
Al día siguiente de la última Asamblea de parlamentarios catalanes, que tuvo lugar el día 10, los periódicos hablaban de la «significativa» ausencia mía. No había ninguna ausencia significativa. Sencillamente, no se me había convocado a tiempo. Me llegó la convocatoria el día 16.
Otra fuente de confusiones son los títulos de las informaciones. Fue necesario ir a quejarme al director de «Diario 16» de Madrid porque en los títulos no ponía lo que decía el texto. Sensacionalismo puro.
El otro día, al llegar al Senado, todo el mundo me miraba extrañado. Europa Press había malentendido unas declaraciones mías en Iruña y me hacía decir: «Constitución sí, terrorismo sí». Yo había dicho que hay quien fomenta el terrorismo para que se diga sí en la Constitución. El mismo Martín Villa me dijo: «¡Qué cosas dices en la prensa!». Le respondí: «Yo no he dicho eso». Y añadió él: «Pues retráctate».
Si me tuviera que retractarse de todas las inexactitudes no podría hacer nada más. La nota de Europa Press fue encabezada por «Informaciones» así: «Xirinacs hace la apología del terrorismo en Pamplona». Y Pedro Altares en «El periódico», fiádose de esta información, me ataca sin piedad.
¿Quien deshará este lío laberíntico?
Lluís M. Xirinacs.