Al servicio de este pueblo.
Avui. Sábado, 18 de Noviembre de 1978. Página 5.
Barcelona versus comarcas.
No me gustan las campañas electorales ni las campañas para referendums. Me gusta infinitamente más que los ciudadanos vigilen y ayuden a sus representantes todos los días del año y participen con estudio y propuestas en la confección de los proyectos de ley y de constitución antes de que el texto no esté terminado y cerrado.
Y he aquf que el torbellino de la campaña del referéndum constitucional me tiene bien atrapado yendo de la Ceca a la Meca, sin tiempo de tomar aliento, sin ni casi poder leer los periódicos.
De soslayo voy siguiendo la polémica abierta entre la metrópolis barcelonesa y las comarcas sobre las circunscripciones territoriales de representación en el futuro Parlamento de Cataluña. Las tensiones son grandes. Se ha abierto una dolorosa herida en el cuerpo del Principado de Cataluña. Comarcas y capital se convierten en antagónicos. Algo que deberíamos haber evitado todos los catalanes, a toda costa, y que puede provocar una división, una fuente de enfrentamientos y de conflictos peligrosísimos. El ventajismo de unos partidos que tienen mayoría en Barcelona se ha alzado contra el ventajismo de otros partidos que tienen mayoría en comarcas. Y todo ello afecta a las mayorías apilotonadas de la gran urbe en condiciones infrahumanas y afecta, igualmente, las minorías abandonadas al subdesarrollo de las extensas comarcas tradicionales.
No es momento de endurecerse cada bando en sus respectivas razones bien válidas por separado. Hay que encontrar la fórmula objetiva, respetuosa de todas las realidades que exija equitativamente los inevitables sacrificios de las propias aspiraciones.
En la página de «Diálogo» del AVUI del 3 de Noviembre ofrecí una solución sin ningún interés electoral por parte mía. No la pienso defender en el debate del Estatuto. Estoy cansado de voluntarismo político. Si la gran ciudad y las extensas comarcas la ven bien, que la asuman. Sólo dos cartas de comarcas han protestado de este modelo. Quieren más representación comarcal. Pero no piensan que las soluciones centralistas dan más ventaja a la conurbación barcelonesa y aun dejarían sin representación algunas comarcas.
¿Por qué no hacemos todos un esfuerzo de ver también las razones de los demás? Nos jugamos nuestro futuro.
Lluís M. Xirinacs.