Al servicio de este pueblo.
Avui. Miércoles, 8 de Noviembre de 1978. Página 5.
Alerta, pueblo, referéndum a la vista.
Me gustaría, una vez más, de alertar mi pueblo sencillo ante la campaña sobre el referéndum constitucional que ahora comienza. En rigor, dado que mi pueblo no ha sido consultado por sus representantes a la hora de preparar el texto constitucional, sería justo que se abstuviera a la hora de definirse en el referéndum.
Otra vez dije que tendría que ponerse tapones en los oídos y vendas en los ojos durante las campañas electorales. El político, hay que vigilarlo siempre, día a día, paso a paso. Y no es bueno olvidarlo durante cuatro años y después, en tres semanas, dejarse embaucar por una campaña que vela más que desvela, que se plantea en términos parecidos a los de la publicidad comercial, que está ganada por quien invierte más dinero.
Pero, sin ser tan radical, es bueno saber elegir entre una conferencia, un coloquio o una mesa redonda de trabajo, donde se te ponen razones, pros y contras en un clima sereno y objetivo, con documentos y argumentos, y un mitin, un anuncio radiado o enganchado en la pared o un espacio televisivo donde el público no puede hablar, donde manda la gran imagen por encima de la gran idea, donde el eslogan sustituye el pensamiento, donde se aplaude por contagio con el cebo de una claca bien situada, donde la racionalidad es sustituida por el grito.
Conviene que en esta campaña, como en cualquier otra, el público exija calidad en los oradores. No podemos continuar comulgando con ruedas de molino. Calidad y precisión.
Pero conviene exigir la misma cosa al público. Una reunión de estudio de la Constitución no es un baile o una fiesta. Es un acto de trabajo. Hay que estudiar y trabajar para poder votar. Si no se ha hecho, honradamente debemos votar abstención.
Ha salido el texto constitucional en los diarios. Pronto el gobierno nos hará llegar una abundantísima edición. Es necesario seguir los oradores con el texto a la vista. Es bueno asistir a las conferencias con papel y lápiz.
Y sería muy bueno que cada asistente aplicado después convocara nuevas reuniones de estudio con parientes, amigos, vecinos, compañeros de trabajo o de estudio para ensanchar el círculo de los ciudadanos conscientes que irán a votar con conocimiento de causa. Las notas tomadas en la conferencia pueden usarse después en estas nuevas reuniones.
¿No os reunís los hombres en el bar de la esquina cada fiesta o cada tarde para jugar al dominó? ¿No os reunís, a menudo, las mujeres en los pisos para cantar las excelencias de los productos Tupperware o Stanhome?
La democracia es obra de todos.
Lluís M. Xirinacs.