Al servicio de este pueblo.
Avui. Miércoles, 4 de Octubre de 1978. Página 5.
Galdosa libertad de expresión.
Fidel Carazo es un símbolo extremo de la derecha del Senado, de esta derecha que ya había avisado que inundaría la Constitución de enmiendas y que así lo ha hecho. Los partidos del consenso callan. No hacen casi enmiendas. No responden a las de los demás o lo hacen con dos palabras contadas. Si no hubiera nuestras enmiendas izquierdistas, el ambiente senatorial se haría irrespirable, la prensa habría transmitido a la opinión pública una línea derechista al cien por cien y la derecha habría atacado el centro con razón que era injusto de no hacerle más caso. Así nuestras enmiendas combatidas –desde el consenso– con dureza, si no han conseguido otra cosa, han detenido eficazmente los pies a la derecha, de naturaleza arrolladora y neutralizaron un ambiente que prometía convertirse en fascista hasta la saturación.
Si yo quería sacar la mención privilegiada de la Iglesia Católica en la Constitución, él quería meter a Dios. Ni él ni yo no lo coneguimos. Él, poco a poco, fue perdiendo la paciencia y un día estalló. Retiró todas las enmiendas de golpe. Pidió a todos los senadores que hicieran lo mismo. Sugirió que se votara ese mismo día «sí» a la Constitución, pero afirmó que él votaba «no». Y marchó definitivamente del pleno constitucional del Senado.
Después hizo unas declaraciones explosivas en «El Imparcial». Ver un trocito:
«Yo no veo otra solución que el estallido. Entonces, de alguna manera, cuando esas fuerzas armadas, que para mí han adquirido en estos momentos el punto culminante de respeto y nerviosismo como nunca lo han tenido, por la paciencia y la disciplina que se han impuesto de mantenerlas en sus cuarteles, retorciéndose de la tentación de lanzar los tanques a la calle, algún día tendrán que levantarse sin remedio y casi como unos sonámbulos disparar los cañones y los tanques e imponer un régimen de autoridad».
¿No es eso incitar las fuerzas armadas a la rebelión? ¿Llega hasta aquí la inmunidad parlamentaria? No nos podemos quejar de la libertad de expresión que hay en el país. El Senado no castiga Fidel Carazo.
En cambio, Jordi Gil está en la cárcel por haber dicho «no» a la Constitución. Hay que procesarlo. Hay encarcelarlo. Como «Els Joglars».
Carazo dijo que la Constitución es una «tomadura de pelo» y que hay que lanzar los tanques a la calle.
Los del consenso callan. Que la derecha truene lo que quiera. Que la izquierda calle y vaya a la cárcel.
Lluís M. Xirinacs.