Al servicio de este pueblo.
Avui. Domingo, 1 de Octubre de 1978. Página 9.
Senadores rurales contra senadores urbanos.
El viernes por la tarde el senador por Madrid Joaquin Satrústegui defendió ante el Senado un voto particular para mejorar la representación en esta Cámara.
El texto del dictamen dice que cada comunidad autónoma corresponderá un senador por cada millón de habitantes. Y Satrústegui proponía añadir «o fracción superior a quinientos mil». Era una enmienda sensata y racional. En otras situaciones similares la ley así lo prevé. ¿Por qué aquí no?
Sin embargo, llegada la hora de la votación, la enmienda fue rechazada por mayoría. Cuarenta y dos votos a favor de los progresistas, los catalanes, los vascos y los independientes. Ochenta y seis votos del bloque unánime de Unión de Centro Democrático y en contra cuarenta y dos abstenciones de los socialistas.
Por los pasillos se criticaba la absurda irracionalidad del consenso.
En realidad, creo que se puede detectar una racionalidad escondida. Satrústegui, en su defensa, puso el ejemplo de Barcelona y Madrid. Dos circunscripciones cuyos habitantes salen favorecidos por su adición. Unión del Centro Democrático no sacó un solo senador ni en Barcelona ni en Madrid. La inmensa mayoría de sus senadores son de zonas estrictamente rurales. Así resultaba un típico enfrentamiento entre senadores rurales y senadores urbanos. Y, conservadores por desgracia y, entre senadores avanzados. Y no pensaron los senadores de UCD que con esta votación en contra también privaron de un senador, por este concepto, la circunscripción de Murcia, donde dominan ellos. Hace pena de ver cómo se supeditan los intereses generales y permanentes a los coyunturales intereses de un partido.
El PSOE se abstuvo para no romper el consenso.
La oposición campo-ciudad también se sufre en Cataluña. Desgraciadamente para el campo, los políticos identifican campo con conservadurismo y ciudad con progresismo. Y así, con el fin de atacar el conservadurismo, se priva al campo de una representación de la que tan necesitado está y aumenta su atraso. Esto ha salido a relucir a la hora de fijar si en Cataluña habrá una o dos Cámaras parlamentarias.
Yo prefiero que sólo haya una. Pero deberá ser mixta entre proporcional y territorial. Pienso, sin embargo, que, si se acepta la circunscripción comarcal como unidad territorial, habrá que subdividir el área metropolitana de Barcelona en municipios y el municipio de Barcelona en barrios que funcionen como circunscripciones electorales igual que en las comarcas.
Sólo así veo posible un tratamiento justo tanto para el campo como para la ciudad.
Lluís M. Xirinacs.