Al servicio de este pueblo.
Avui. Viernes, 29 de Septiembre de 1978. Página 5.
El engaño del centro.
El miércoles por la tarde ocupó el Senado la gran cuestión de la educación. Por primera vez en el pleno se encendieron los ánimos. Ya se han hecho las recensiones correspondientes en los periódicos. No las repetiremos. Quería sólo remarcar una anécdota simbólica, que tal vez nadie debe haber captado.
Poco antes de terminar, Jiménez Blanco, el portavoz de UCD, hombre que siempre hace oficio de conciliador, se congratuló ante todos por razón del texto pactado. Dijo que, por primera vez en la historia de España en los últimos siglos, la conflictiva cuestión de la educación, que siempre había suscitado profundas divisiones, era tratado de una manera unitaria, superando antagonismos radicales.
Puso varios ejemplos concretos de contradicciones superadas en el texto. Una de las antinomias históricas, fuente de terribles contiendas, era: escuela religiosa o escuela laica. Afirmó que en el texto actual se ha encontrado un punto medio dulce entre los dos extremos. Y es cierto.
Mi observación consiste en que la oposición auténtica no es entre escuela religiosa y escuela laica, sino entre escuela religiosa y escuela antirreligiosa o escuela atea. En nuestra sociedad existen los antirreligiosos y los ateos, y querrían una escuela militante atea, como sus contrarios quieren la escuela militante católica.
Pero la extrema izquierda es ignorada o marginada olímpicamente en este país. Si se tuviera en cuenta la oposición auténtica, la escuela laica sería el promedio también auténtico: la escuela neutral, que es una de las enmiendas que yo he defendido.
Quien defiende la escuela laica o neutra es hombre de centro de verdad, hombre liberal. Es clásico en el liberalismo defender la escuela laica y aconfesional.
Pero Jiménez Blanco se piensa que UCD es el centro y los laicos son la extrema izquierda.
Y mirad el engaño. La derecha se hace pasar por el centro. La extrema derecha por derecha. El centro de verdad se hace pasar por izquierda. Y la izquierda de verdad es arrinconada en la marginación más absoluta.
Y todo afirmado con la mayor bondad.
Lluís M. Xirinacs.