Al servicio de este pueblo.
Avui. Viernes, 22 de Septiembre de 1978. Página 8.
Despolitización.
Ya no es sólo aquel loco de Xirinacs quien pide democracia popular, democracia de base, democracia directa o democracia de verdad. Todas sus propuestas de enmiendas constitucionales en este sentido le han sido derrotadas. Le han tachado de fascista y de visigótico. Soñador nostálgico de las asambleas de los bárbaros alemanes del siglo V a la luz de la luna llena.
Ahora es el serio diario madrileño «El País» (6-9-1978) quien en su página editorial lo pide con urgencia. Dice así, comparando con Italia:
«Fenómenos tan disolventes para la convivencia civilizada como la marginación progresiva de la vida política de sectores importantes de la población se empiezan ya a producir en España, aunque no sea en un grado tan alarmante como en Italia. El aumento del paro juvenil, la incapacidad de los partidos para salir de las maniobras en la cúpula y convertirse en la expresión de la voluntad y del deseos de los ciudadanos, el cansancio ante una situación política bloqueada, que no hace más que repetir fórmulas ya gastadas, y la difusión de un clima de desencanto ante la ineficacia de una acción estatal para mejorar la calidad de la vida colectiva pueden servir de caldo de cultivo para los que defienden soluciones de signo autoritario».
Aquellos que, en el Senado, me acusaron de fascista, porque reclamaba de los partidos más atención a la participación ciudadana, pueden convertirse en la puerta del fascismo con su actuación continuada de espaldas de la base popular, según Juan Luis Cebrián, este director de periódico que sabe de verdad hacer honor al adjetivo «independiente».
Uno se consuela pensando que el fenómeno no es tan alarmante como en Italia. Y no piensa que Italia hace más de treinta años que tiene democracia, mientras que nosotros sólo estamos entrando. Si corremos tanto en separarnos del pueblo el primer año, ¡que no haremos dentro de treinta años!
La democracia no se agota yendo a votar a nuestros representantes. La democracia, la han de conquistar todos los ciudadanos, día tras día. Donde un área de población se desentiende de los asuntos políticos y colectivos, allí florece automáticamente la dictadura, de la forma que sea.
Catalán: no esperes que tus representantes políticos te llamen para informarte, para movilizarte, para organizarte y para someterte a su control.
Adelántate. Esto queremos decir cuando afirmamos que la soberanía reside en el pueblo, del que emanan todos los poderes del Estado.
Lluís M. Xirinacs.