Al servicio de este pueblo.
Avui. Domingo, 17 de Septiembre de 1978. Página 6.
En Terrassa sin casa.
El otro día hablaba del artículo 43 del proyecto de Constitución que da derecho a los ciudadanos a una vivienda digna. Explicaba hasta qué punto el ex-ministro de Economía, Fuentes Quintana, consideraba el carácter prioritario de este problema.
Ahora me llega la voz angustiada de los parados de Terrassa que, además, se ahogan por el déficit de viviendas. Hace unos dos o tres meses que ha tomado aguda conciencia en la asamblea de parados de aquella población. Aún existen un montón de barracas y un montón de familias viven en unas condiciones inhumanas.
A partir de ahí, un grupo de personas se plantearon la denuncia, la reivindicación, la lucha por la solución de este problema. Ellos me dicen que en Terrassa actualmente no existe ningún grupo de pisos del Instituto Estatal de la Vivienda. Sólo hay unos pisos apoyados por el Instituto y son viviendas de carácter social, para los que de entrada se piden doscientas sesenta y cinco mil pesetas y unas mensualidades que van de las diez mil a las quince mil pesetas.
Se pusieron en contacto con el Grupo de Asesoramiento Popular (GAP), tuvieron un par de entrevistas con miembros de la Comisión Badia. Y a continuación empezaron a conectar con las familias necesitadas, casa por casa o, mejor, barraca para barraca. Se han ido organizando. Son actualmente unas setenta familias, el veintidós cinco por ciento en barracas y muchas en paro. En una asamblea realizada el día 3 de Septiembre decidieron organizar la ocupación colectiva de los pisos de «carácter social» antes mencionados. Ellos no se niegan a pagar, pero quieren precios que puedan pagar los trabajadores y los parados. También ellos han de menester un techo donde cobijarse.
Quieren negociar con el Instituto de la Vivienda. Los pisos son a las afueras de la ciudad, junto al cementerio, y hace aproximadamente tres años que se mantienen absolutamente vacíos. De momento no han encontrado ningún tipo de ayuda o soporte.
No vengamos con días nacionales a los que nunca pueden ni celebrar fiestas familiares, porque viven hacinados, a los que ni se pueden casar, porque no tienen piso.
Casas vacías. Gente sin casa. Locura social. Propiedad privada sin entrañas. Poderes públicos débiles. Desesperación. Ocupaciones. Policía. Juventud sin oportunidades. Delincuencia. Prisiones. Motines. El círculo infernal.
Lluís M. Xirinacs.