Al servicio de este pueblo.
Avui. Jueves, 14 de Septiembre de 1978. Página 5.
Austeridad personal e impuesto social.
Creo que a partir del Once de Septiembre, quien lea esta columna habrá visto que cada día se esconde una palabra de orden.
Verde Aldea dice: es natural, nos han dado algunas libertades y por tanto el potencial reivindicativo disminuye.
Yo diría: no hay tanta represión, nos siguen negando los mínimos nacionales, por lo tanto, el potencial reivindicativo aumenta. Ahora nos podemos reunir. Ahora se pueden hacer mítines. Ahora nos podemos asociar.
Las dos vertientes son posibles: dormirse o avanzar. Los poderosos querrían que nos durmiésemos. «Ya les hemos dado un caramelito, a los niños, para que callen». Han ido callando los partidos parlamentarios con unos cuantos caramelitos constitucionales. Ahora se trata de acallar el pueblo de cara al referéndum.
No, pueblo catalán, no. Aún no se ha acabado la guerra que empezamos un 11 de Septiembre de 1714. Todavía no hemos logrado lo que ese día nos arrebataron. Nos quieren comprar con neveras, utilitarios, shows televisivos y empalagosas y interminables informaciones futbolísticas o eróticas.
Pueblo catalán, no te sientes a reposar. Tienes más armas que hace dos años. Úsalas. Reduce tus vacaciones, tus fiestas, tus comodidades, tus críticas sentado en tu silla. Ahorra. Todavía estamos en guerra. Todavía no hemos reconquistado lo que nos es esencial: los derechos humanos, el acceso del pueblo al poder político y económico, la soberanía nacional y la solidaridad en plano de igualdad con los otros pueblos.
Todos tenemos trabajo. Todos debemos pagar letras. Todos ganaríamos más dinero si nos limitáramos a servir sólo nuestros intereses particulares. A mí también me gustan los aperitivos, el cine, las vacaciones en la playa o en la montaña, los viajes al extranjero. Sobran alabanzas y críticas, adhesiones y escisiones. Falta gente que trabaje. Los barrios están abandonados. El trabajador está inmerso en la incultura y en la desinformación. Las comarcas son arrasadas. El usuario de la seguridad social es tratado como un perro. No hay vivienda para las nuevas familias. Nos toman el orden público y la administración de la justicia. Pisan nuestra soberanía, nuestra unión de los Países Catalanes.
¿Quién reivindicará todo ello desde los barrios, desde los sindicatos, desde los ayuntamientos, desde los futuros Parlamentos de Cataluña, del País Valenciano o de las Islas? ¿Hay candidatos íntegros a punto? ¿Hay equipos que les apoyen con eficacia a punto? ¿Dónde están los especialistas en economía, en derecho, en urbanismo, en educación, en orden público, en cultura, que planifiquen la liberación conjunta de la nación de la que estamos tan orgullosos a la hora de gritar por la calle?
Todo esto hoy sólo lo hace una insignificante minoría, por cierto demasiado dividida políticamente. El exagerado fraccionamiento político resta en vez de sumar.
Un tributo de tiempo y de dinero pido a todos los catalanes para la inmensa tarea a realizar para nuestra liberación y nuestra reconstrucción nacional.
Lluís M. Xirinacs.