Al servicio de este pueblo.
Avui. Domingo, 6 de Agosto de 1978. Página 6.
Golpe bajo.
He dejado pasar un día para que me marchara la indignación. Los hechos, desde mi punto de vista son los mismos.
Hace dos meses y medio, ante el silencio de la Entesa dels Catalans, les pedí la convocatoria de un pleno para preparar el estudio de la Constitución. Una Constitución no es una broma. La respuesta fue el silencio.
Hace dos meses decidí estudiarla yo. Tanto en el AVUI como «Mundo Diario» salió el 3-6-1978 una columna en la que pedía la colaboración popular y donde ofrecía todos los materiales de estudio adecuados. Han trabajado y han respondido muchísimas personas y grupos políticos y no políticos. Gracias a ellos y a los más asiduos colaboradores han salido un conjunto de enmiendas. He recibido asesoramiento técnico en diversas materias. Cabe destacar el consejo jurídico del abogado Elies Rogent. Durante dos meses, de día y a menudo de noche, sin ningún tipo de vacaciones, entre muchas personas se ha hecho un trabajo impresionante.
El primer plenario de la Entesa fue el 4-8-1978. Pensamos que el plazo de presentación de enmiendas es clave el día 7. Allí se trató de disuadirnos, a Rossend Audet y a mí, de presentar por nuestra cuenta las enmiendas más importantes que llevábamos y que la mayoría de la Entesa se negaba a hacer suyas. También se nombró una comisión para preparar las enmiendas conjuntas de la Entesa.
El segundo plenario fue el 4-8-1978. Se discutieron una cincuentena de posibles enmiendas conjuntas, que se van acabando de redactar estos días. Después, Benet dijo que él no firmaría las enmiendas particulares de Audet y mías si la mayoría de la Entesa no le daba el visto bueno. La mayoría no le dio el visto bueno. Y como el reglamento del Senado exige para presentar una enmienda la firma de conocimiento del portavoz –en nuestro caso, Benet– nos encontramos sin posibilidades de presentar las enmiendas. El motivo aducido es político.
Pero en mi opinión una firma de conocimiento no es una firma de asentimiento. Conocer no es aprobar. La responsabilidad de estas enmiendas es estrictamente nuestra. Y la posibilidad de que cualquier senador presente enmiendas es el abecé de la democracia de representación. Utilizar este medio para imponer un criterio político a personas no ligadas por disciplina de partido ni por ningún consenso constitucional es un gravísimo atentado a los derechos más elementales.
Como este acto de atropello no se puede dejar pasar por el respeto debido a nuestros electores, hemos requerido nuestro portavoz, Josep Benet, notarialmente, para que quiera firmar el conocimiento de nuestras enmiendas. Ha prometido dar la respuesta hoy. Si firma habrá terminado el problema. Si no firma, llevaremos el asunto al Senado, lunes, el último día de que disponemos, para que allí se dé una salida.
Lluís M. Xirinacs.