Al servicio de este pueblo.
Avui. Miércoles, 2 de Agosto de 1978. Página 5.
¿Quién mató a los dos militares?
¿Cómo podría saber el pueblo, que paga su policía, quien la controla? Leyendo libros como los que escribe González Mate, ex-agente franquista, tienes la impresión de que dentro de la policía, hasta ahora dominada por la extrema derecha española, hace tiempo que se infiltra la CIA americana. González Mate mismo tiene una forma de hablar que no queda nada exenta de sospecha en este sentido. Parece como si se hubiera pasado de un bando al otro y lo camufla con su pretendida retirada de las actividades secretas.
La operación Carrero tampoco quedó exenta de dudas pro CIA. Muerto Carrero, parecía que la política se endurecería por reacción y en cambio sucedió un imprevisible aperturismo teledirigido desde Norteamérica empeñada en poner fin a la dictadura. Amos policiales de este aperturismo fueron Roberto Conesa y José Sainz. Nueve meses después, sucedía la explosión de la calle Correo. No fue ETA, a pesar de los intentos de Sainz de hacerlo creer así por la televisión y de intentar absurdamente atarla con el Partido Comunista español (tic anticomunista característico de la CIA). Acusó al grupo de Genoveva Forest, de la que nunca se supo si estaba ligada con gente castrista o anticastrista.
En el bar Rolando sólo había policía franquista. «Cambio 16» dijo que, días antes, fueron avisados policías para que no fueran. Sainz fue destituido de manera fulminante. Por aquellos días Conesa también fue alejado de Madrid. Volvió, pues, a triunfar la línea franquista. Recuerdo, yo estaba en la cárcel, que alguien de ETA fue sacado de prisión y llevado a comisaría para interrogarlo y torturarlo. La única pregunta era si conocía un policía determinado que pasaba armas a ETA clandestinamente.
Después el FRAP, originario de Valencia, donde estaba arrinconado Conesa, castiga el régimen franquista matando un grupo de policías en Madrid en un día.
Cuando sube Suárez al poder, uno tras otro, Sainz y Conesa recuperan el protagonismo perdido. El FRAP, al descubrirse tan manipulado, dice que se autodisuelve. Aparece el GRAPO misterioso. La larga lista de acciones del GRAPO no acabaría nunca.
Ahora, con el atentado a los dos militares, da la impresión de que el GRAPO resta demasiado al descubierto y se acusa a ETA, ligada, con la última propaganda española y americana, con el KGB. ¿No es, otra vez, un tic anticomunista atribuir a ETA la muerte de los militares? Pero el cambio de atribución se hace tan precipitadamente que todo resta mal parado. Operaciones chapuceras de leñeros de la acción clandestina terrorista. Destituciones posibles para contentar a la opinión pública. Pobre Martín Villa, ¿como ocultarás el pastel?
Lluís M. Xirinacs.