Al servicio de este pueblo.
Avui. Sábado, 29 de Julio de 1978. Página 5.
Desmoralización.
«Peón sin trabajo, con cinco hijos, uno subnormal profundo».
«Cristina. íntimo, tranquilo y discreto. Parking en el edificio».
«Madre abandonada del marido. Tiene cinco hijos. Dos parejas de gemelos de once y dos años. Le falta dinero para pagar alquileres atrasados».
«Amara y Raquel, relajación confortable para personas de alto nivel».
«Familia de ocho miembros; el padre enfermo crónico y el hijo mayor hace el servicio militar. Sólo trabaja una chica de dieciocho años».
«John, de once a nueve».
«Matrimonio, ella enferma y él en paro forzoso».
«Finalmente algo diferente en Barcelona. Dídac. Sebastián. Charles».
«Peón sin trabajo y con tres hijos, el mayor de siete años, uno enfermo».
«Katy, nuevas chicas de compañía, hotel, domicilio y gabinete».
Esta doble lista alternada se podría alargar hasta el infinito. La he sacado de «La Vanguardia» del 26 Julio de este año, la mitad del del ventanal de la caridad y la otra mitad de la sección de pequeños anuncios por palabras.
Poco a poco nuestra sociedad se va corrompiendo. Se va el «Por favor» y el hombre de salario sencillo comprar carísimas revistas eróticas.
–Tú eres de una organización política juvenil de izquierdas. ¿No te sabe mal fumar droga?–
–También la fuman los de nuestro consejo general.–
Un empresario ofrece financiar una guardería infantil. Los trabajadores dijeron al dueño, a través de sus delegados, que no quieren guarderías, que sólo quieren dinero.
«Antes podías hablar con todos los luchadores. Ahora si te haces con uno de un partido, los del otro ya no te miran a la cara».
Degradación social, corrupción, dejadez, ociosidad, miseria, lujos, excitación.
Yo sólo hago de notario. Todo esto lo dice la gente. Hay que levantar la moral de lucha del pueblo. Hay que hacer lucir los ideales. Hay que sacrificarse por el porvenir. La mejor forma de vencer al pueblo es corromperlo. La avidez de libertad, de poder, de felicidad, de dinero, de distracciones están corrompiendo mucha gente que no hace muchos meses eran militantes exigentes y rigurosos. A medida que el pueblo va ganando en democracia debe ir aprendiendo a luchar contra sí mismo, a mantener tensa la propia vida, a ayudar al compañero caído, hacer real la solidaridad.
¡Urgente! Campaña contra la corrupción interna del pueblo.
Lluís M. Xirinacs.