Al servicio de este pueblo.
Avui. Martes, 18 de Julio de 1978. Página 6.
Incomprensible y grave.
Esto dijo Martín Villa en la televisión cuando le pidieron (?) explicaciones por la devastación realizada en Rentería por fuerzas de la policía.
Estoy de acuerdo en la gravedad, aunque no sea ninguna novedad. Este saqueo, quizá de forma algo más disimulada, se realiza desde hace cuarenta años. El centro de Rentería quedó destrozado pasajeramente. Dentro de unos meses ya nadie prestará atención al disparate. Pero véase, por ejemplo, el cinturón de Barcelona, el caos urbanístico, los cables de alta tensión en medio de las calles, el hedor de alcantarilla y de vertedero que lo invade todo, la falta de transportes, de escuelas, de racionalidad circulatoria, de iluminación, de instalaciones sanitarias, de asfaltados, etc. Es un saqueo petrificado que tardará mucho en poder ser remediado.
Lo que no puedo aceptar es que sean unos acontecimientos incomprensibles. A menudo he definido el sistema franquista como capitalismo feudalizante. Uno de los aspectos feudalizantes es el mantenimiento de la independencia y el descontrol de muchas parcelas o sectores sociales. Alguna unidad de policía, a veces, no obedece y campa por donde quiere. Y esto no ocurre sólo en la policía.
Si se habla así, en vez de rebatirle las palabras con argumentos, lo lanzan a los tribunales acusado de calumniar un cuerpo del Estado, como me acaba de pasar por un artículo mío en «Mundo Diario», en el que trataba de explicar el aspecto feudalizante de nuestro cuerpo judicial.
Atención, señor ministro. Los policías están mucho más entrenados en las artes marciales que los pobres «quintos» del servicio militar del ejército. Hoy en día es fácil que un cuerpo selecto así, dirigido como es por oficiales militares, pueda en un momento hacerse dueño de un cuartel de blindados o de artillería e imponerse por la fuerza. Sobre todo si se lo quiere mantener en su condición de cuerpo militar, como usted hace. Los servicios de información militar ya hacen encuestas preguntando la opinión de la oficialidad sobre los hechos de Rentería.
¡Cuidado con los ensayos!
Lluís M. Xirinacs.