Al servicio de este pueblo.
Avui. Sábado, 24 de Junio de 1978. Página 5.
Claro y catalán.
Hay días que los acontecimientos confluyen, se precipitan y fuerzan situaciones tiempo y tiempo atascadas.
Ayer leí el artículo de Manuel Cruells «No hay una política idílica» y me impresionó. Hace mucho tiempo que tengo cosas que mantengo en secreto para salvar la sardana colectiva de hermandad catalana. Y, sin embargo, la sardana está rota. Antes de tiempo, como dice Cruells, pero está rota. Es cierto que no se habla claro, que existe un lenguaje esotérico y sofisticado entre los políticos. Él mismo se queja de emplear demasiado eufemismos para poder continuar diciendo cosas. Paria de Josep Benet y de Josep Tarradellas sin mencionarlos.
También ayer recibí este texto: «Estimado senador: yo lo voté a usted pensando en una utopía (usted lo arreglaría todo como yo deseo y usted desea) y en una realidad (que nos explicaría donde piensa a donde vamos y cómo). No le pido que sea usted ni dios ni papa. Que usted es honesto ya lo sé, pero creo que no existe ninguna honestidad que no sea compartida. Comparta su honestidad conmigo y diga ahora, amigo senador, lo que yo no le admitiría nunca que dijera después».
Y, finalmente, el diario llevaba las palabras claras de Antoni Gutiérrez del PSUC: «Apoyaremos a Benet para la presidencia de la Generalitat, si Benet quiere». Así se pone a la luz pública la relación intensa que nos parecía adivinar entre el senador independiente y el Partido Comunista Catalán.
Amigo Manuel Cruells, estás cargado de razón. Nos estamos engañando unos a otros. Quizás sólo nuestros enemigos son los únicos que ven claro nuestro juego. Carlos M. Espinalt ya hace un par de meses me había dicho que yo no hablaba claro. Quería llevar la política a un terreno idílico a nivel público y me equivocaba. También yo he practicado a nivel particular la política de pasillo y el maquiavelismo. También a mí me habría que clarificar en público el sentido del mantenimiento de mi independencia política. Hay que ser más incisivo, más polémico, más atrevido.
No sé si la prensa tolerará el lenguaje que pide Cruells. Yo tengo que decir que también la prensa, a veces, ha detenido alguna aclaración mía más directa. Pero habrá que ir insistiendo y abriendo paso a la vera libertad de expresión política. Porque aquí se libra, como en otros terrenos, una importante batalla a favor de la democracia.
Intentaré, amigos, ser más claro.
Lluís M. Xirinacs.