Al servicio de este pueblo.
Avui. Sábado, 17 de Junio de 1978. Página 5.
Abusaviejos.
Yo no entiendo mucho en pensiones de jubilación. Sólo puedo hacer de notario y levantar acta de cosas extrañas que suceden a mi alrededor y que no sé explicar. Ayer los diarios anunciaban una manifestación de jubilados para reclamar los retrasos de los aumentos prometidos por la Administración. Esto confirma lo que yo he visto y escuchado.
Pietat Bou, viuda y jubilada, cobra de la Mutualidad del Comercio el cuarenta y cinco por ciento del sueldo que cobraba su marido, en concepto de pensión. Me cuenta que en Noviembre pasado el gobierno prometió un aumento del treinta por ciento de las pensiones, que quedaban atrasadas de una manera vergonzosa. La Pietat cobraba el año pasado nueve mil trescientas cuarenta y cinco pesetas al mes. (Cinco mil quinientas setenta de pensión y tres mil setecientas setenta y cinco de mejoras).
Pero el Estado es pobre y en Enero sólo aumentó el quince por ciento. que no sé con qué misteriosos cálculos resultaron diez mil cuatrocientas setenta pesetas. (Cinco mil quinientas setenta de pensión y cuatro mil novecientas de mejoras). El otro quince por ciento quedaba aplazado hasta mayo.
Llegó el día de la subida pero el Consejo de Ministros de ese día se suspendió por no sé qué razones y los ancianos volvieron a casa decepcionados y nerviosos. Al iniciarse el mes de Junio los diarios dicen que ya está aprobado el aumento.
–¿Ves. Piedad? –le digo– todo se ha arreglado.
Los viejos se apresuran a cobrar y el dinero aún no habían llegado. Finalmente, la Pietat tiene suerte. Jueves, día 15, le dicen «Hoy cobrará. El dinero ya están aquí». ¡En la ventanilla le dan ciento cinco pesetas de aumento!
–¡Anda. suelte el verde!
–No Hay ningún verde. Eso es todo.
Le viene sudor. Tiembla. No quiere cobrar. Llama a una amiga entendida.
–Cobra y firma, de lo contrario perderás la pensión. Han recortado mucho el aumento.
Cobra y firma y viene a explicarlo todo a los amigos.
–Debe de ser un error.
–No es un error– y continúa sudando y temblando. El viernes irá a la manifestación si no le fallan las piernas.
Lluís M. Xirinacs.