Al servicio de este pueblo.
Avui. Domingo, 7 de Mayo de 1978. Página 6.
Galicia comunitaria.
En Ferrol y en Orense me han pedido que hable de la no violencia. Me han hospedado y me han hecho de transportistas un grupo de hombres y mujeres que forman una pequeña comunidad sencilla, trabajadora, comprometida socialmente, que vive en una casa cedida por la parroquia del barrio de Santa Mariha del Ferrol. Hay objetores de consicència insignes por su lucha, como Amador Barrios y Escaris Magariños. Entre otras cosas, hacen teatro por los pueblos.
En Ourense descubrimos otra comunidad, en la aldea de Cornoces de Amoeiro y fuimos a dormir. Tienen huerto, frutales, prados, vacas, una yegua, cerdos, cabras, gallinas y conejos. Y tienen cuidado de un grupo de niños sometidos a la protección de menores. Vida valiente, difícil, sana y alegre.
Cuando estábamos cenando, llegó otro grupo comunitario que vive en el pueblo vecino de Xent. Las malas voces dicen que en este lugar todavía hay «meigas», que quiere decir brujas. El hecho es que en Xent aún conservan rasgos del paraíso primitivo. El pueblo tiene en común la era, los pajares, el horno y el «hórreo», que es un granero de maíz al aire libre, típico de Galicia. Las asambleas del pueblo para discutir el uso de estas instalaciones comunitarias y para otras cosas se hacen al calor del horno mientras se cuecen las empanadas.
Es cierto que en Orense hay un obispo, Temiño, en la línea de Guerra Campos, que manda aun en los banquetes. Pero bajo la costra eclesiástica feudal se están dando la mano la primitiva Galicia comunitaria con los ensayos de vida futura que van buscando jóvenes valientes.
En Ferrol me han explicado que la docena de asociaciones de vecinos que existen, funcionan en régimen de asamblea, y que participa aproximadamente un diez por ciento de la población. Constituyen una coordinadora a nivel de todo el Ferrol, que también funciona democráticamente en régimen de asamblea y resulta tan operativa que aun atrae representantes de multitud de pueblos vecinos que quieren informarse y pedir ayuda. Son un ejemplo para otras ciudades como la próxima Coruña. Desarrollan una tarea activísima de responsabilidad social. También existe una gran unión en las asociaciones de vecinos de los municipios afectados por la autopista del Atlántico que editan una revista con sus reivindicaciones.
Trabajo de profundización comunitaria hacia dentro, trabajo de acción social reivindicativa hacia fuera, he aquí una gran lección práctica de acción no violenta que he venido a aprender estos días en Galicia. Estoy muy agradecido.
Lluís M. Xirinacs.