Al servicio de este pueblo.
Avui. Viernes, 21 de Abril de 1978. Página 5.
Ni la educación no nos quieren devolver.
Los catalanes estamos disgustados. En Madrid saben de sobra que en Cataluña decimos que somos una nación. Una nación tiene el derecho de autodeterminarse. Una nación tiene el derecho de dotarse de una Constitución propia.
Ellos, en vez de autodeterminación nos hablan de autonomía concedida desde Madrid y nos dan una pre-autonomía.
Nosotros por el bien de la paz vamos cediendo. Nos vamos a participar en la elaboración y aprobación de una Constitución antes de poder hacer la nuestra. Nos vamos al establecimiento de una extraña pre-autonomía.
Y cuando confiábamos que la Constitución respetaría las nacionalidades, nos las neutralizan con unas negaciones tan directas de nuestro derecho de autodeterminación, que se nos hace imposible la colaboración. Y cuando confiábamos que el traspaso de servicios fuera ágil y generoso, vemos que se hace lentísimo y tacaño.
Dicen que las dificultades técnicas son grandes, que no se puede predeterminar la Constitución. Pero hasta se nos impide el control de la propia educación. Ni la educación no quieren que sea autónoma. ¡Qué de inexorable la dictadura que aún padecemos!
Un amigo me decía hoy: «No olvidéis que nosotros somos un pueblo pactista que quiere pactar con una gente que no ha sido nunca pactista».
La respuesta única que yo veo es la fuerza. La fuerza de nuestra unión. Nos habíamos dividido demasiado tiempo atrás. Nuestro firme pluralismo interno no puede impedir nuestra más decidida unidad mirando al exterior. La fuerza de un pueblo unido es la única arma para ganar la negociación política.
Que no lo olviden nuestros dirigentes y nuestro pueblo en el día de Sant Jordi de este año, de tan inciertos resultados.
Lluís M. Xirinacs.