Al servicio de este pueblo.
Avui. Jueves, 20 de Abril de 1978. Página 5.
Provincianismo o gran política.
Ni nosotros estábamos acostumbrados a ser soberanos ni los otros a vernos soberanos. Suárez pedía un poco de tiempo a los políticos catalanes: «Dejadme que pueda acostumbrar a la gente a entender la realidad de Cataluña». Los catalanes que han viajado por tierras del Estado me darán la razón. Abunda la incomprensión y la fobia existe contra Cataluña. Y, sobre todo, una gran desinformación.
Pero nosotros también tenemos que esforzarnos en salir de nuestro provincianismo y de nuestra estrechez. Caen en provincianismo los que miran sólo su propio interés y chocan ciegamente con los pequeños intereses de los demás. Para salir del provincianismo hay que contemplar el conjunto de los problemas catalanes. Y hay que situarlos en el contexto de los problemas del Estado español, de Europa, del mundo. Quien no sepa tener una visión global por encima de los pequeños intereses no tiene vocación de soberanía. Es una ratita.
Domingo es Sant Jordi. Ante la posibilidad de liberalización del sistema político español, en un primer momento se ha producido una gran confusión. Un poco cada uno se ha lanzado a situarse en la mejor posición. A codazos, a veces bien visibles físicamente, los más fuertes se han puesto en las primeras filas, han erizado el pecho, han estirado la columna vertebral, han erguido bien alta la cresta y han marginado cantidad de gente ilusionada que ha sufrido un desencanto profundo. Aun se ha notado la depresión en las mismas bases de los partidos. La escasez de asistencia a las sucesivas convocatorias lo manifestaba suficientemente.
Domingo es Sant Jordi. Seamos magnánimos. Olvidemos pisadas y empujones sufridos en las precipitaciones de la primera hora. Pueblo y políticos, de nuevo hermanados, ahora con más serenidad, con más madurez, se encontrarán reunidos el domingo al mediodía en la plaza de Sant Jaume.
Cataluña no es provinciana. Cataluña tiene vocación de soberanía. Cataluña tiene vocación de gran política. ¡Sabe respetar! Base del pueblo, que es la fuente de todo poder. Sabe respetar las asociaciones intermedias que son la vertebración de un país democrático. Sabe respetar su Generalitat con su presidente y su Consejo que constituyen su noble cabeza y sabe respetar sus representantes en el exterior que velan sus intereses, su imagen y su entrega a la comunidad de los otros pueblos de la tierra.
Gran convocatoria unitaria, domingo, en la plaza de Sant Jaume.
Lluís M. Xirinacs.