Al servicio de este pueblo.
Avui. Martes, 18 de Abril del 1978. Página 7.
La «Gloria» de Esparreguera.
Hace siete u ocho años, cuando vivía en Santa Maria del Camí, los amigos y vecinos colonos de Ca l'Albereda fueron a Esparreguera a ver La Pasión. Al volver les pregunté qué les había parecido. El hombre de la casa me miró fijamente y me dijo: «La conclusión que se saca es que fuisteis vosotros, los curas, los que mataron a Jesús».
La representación de la Pasión de tan larga tradición en Esparreguera, fue novedad para mí el pasado domingo. No la había visto nunca, sólo aquella película que me quedó bien grabada en la memoria.
En Esparreguera se produce un fenómeno curioso. No sé qué te pasa, pero al poco rato de asistir al espectáculo te das cuenta de que has perdido el espíritu crítico. Una especie de corriente de humanidad brota de los artistas y te absorbe y te compromete. De repente te sientes solidario con los actores, los cantantes, los acomodadores. Comprendes el cálido saludo de la voz que por los megáfonos da la bienvenida o el adiós a los espectadores que llenan la plaza de coches y autocares. ¿Cómo puede ser que después de tantos años de representar la misma pieza venga todavía tanta gente?
Si te descuidas un poco te sorprendes a ti mismo buscando entre los artistas algún hermano o alguna prima. Te sientes de la familia. En un mundo del espectáculo invadido por el afán de lucro, te encuentras repentinamente en un islote de paz donde no nada hay que sea profesionalismo.
Setecientos socios de La Pasión de Esparreguera, todos libres, nadie cobra nada, todo se hace gratuitamente, unos hacen de actores, otros de músicos, otros de luminotécnicos o de tramoyistas, de acomodadores, de administrativos. No hay ojos de funcionario. Todo son miradas de persona. En La Pasión trabaja gente de todos los partidos políticos del pueblo. En La Pasión nadie discute, La Pasión los une a todos. La Pasión es el alma común de un pueblo diferente de los demás, de un pueblo que nunca ha perdido el alma. Debemos pleitear en favor de las asambleas populares de Cataluña, Esparreguera no la ha perdido nunca. Con la excusa de hacer una representación, siempre se ha mantenido la unidad esencial del pueblo, la unidad necesaria en todos los pueblos. La Pasión de Esparreguera es la Gloria de Esparreguera.
Muchas cosas quisiera decir de esta Pasión, de su sencillez entrañable, de sus protagonistas, de su música de órgano, de violín y de flauta, de las voces corales repletas de piedad, de las luces y de los cuadros plásticos, éstos sólo auténtica fiesta para los ojos. Quiero añadir que sólo hay algo que supera la maravilla de su unión y es poder comprobar en unos tiempos adversos difíciles en qué locura serena amáis Jesús de Nazaret. Es mi mejor amigo.
¡Gracias! Él quería los pueblos así.
Lluís M. Xirinacs.