Al servicio de este pueblo.
Avui. Domingo, 16 de Abril de 1978. Página 9.
El próximo domingo es Sant Jordi.
Un pueblo es irreductiblemente rural. Si no lo fuera, no sería pueblo, sería una masa amorfa a merced de cualquier manipulador. La gracia de un pueblo es su pluralismo, como la gracia de una pintura o de una danza.
Poca gente tiene esta verdad aceptada en el fondo de su corazón, porque poca gente tiene el corazón tan grande que quepa todo su pueblo. La gente forma parte del pueblo, pero no suele asumir todo el pueblo. Cada uno tiene tendencia a rodearse de un grupo de parientes y amigos que piensan más o menos, como él y después de un tiempo termina por creer que todo el pueblo es igual. Posición cómoda que hace peligrar la integridad del pueblo.
En la larga estancia en la calle Entença, ante la prisión de Barcelona, tuve la ocasión inigualable de conocer y experimentar ta inconmensurable verdad del pueblo. Allí venía la gente más diferente que se pueda imaginar.
El próximo domingo es Sant Jordi. Nuestro día. El día de nuestro pueblo. Todos recordamos la belleza indescriptible del Sant Jordi del año pasado.
Esta vez un grupo de grupos políticos extraparlamentarios quería hacer una concentración por su cuenta. La Entesa dels Catalans está en plena campaña «Ganemos la Constitución, ganemos el Estatuto» y era necesario que en este día hacer algo. Los partidos políticos parlamentarios, por lo que representan, tampoco podían quedar al margen de la fiesta. Y, aunque vacía o con un dedo de agua, tenemos este año una Generalitat, especialmente provisional, totalmente nueva, que no puede dejar pasar el Sant Jordi en el mutismo. Parece que a última hora nace un consenso de celebración unitaria con el respeto de los enfoques variados de cada estamento y tendencia sociales. Queda sólo una semana. Esforcémonos en conseguir que la celebración refleje la unión de todas las variaciones que componen nuestro pueblo. Debemos menester la fuerza que hace la unión más que nunca en estos momentos de traspaso de servicios y de gestación de la Constitución española. Y los pueblos del Estado deben menester el ejemplo de la unión de grupos diferentes, en vez del modelo de uniformidad social al que se les ha acostumbrado desde el centralismo.
El próximo domingo, día de Sans Jordi, a las doce del mediodía, en cada pueblo, en cada ciudad, concentración de todas las fuerzas políticas, sociales, sindicatos. Y en el Cap i Casal (en la Capital), en la plaza de Sant Jaume, unidos, no confundidos, con todo el respeto de las diferentes opciones, es necesario que estén el presidente, el consejo, la Entesa, los otros parlamentarios, los partidos de todas las tendencias, los sindicatos, las asociaciones de vecinos, todas nuestras instituciones innumerables y el pueblo entero de Barcelona. Es necesario que se vea que somos una nación.
Lluís M. Xirinacs.