Al servicio de este pueblo.
Avui. Sábado, 15 de Abril de 1978. Página 5.
Guerra y paz.
Estallan de una vez todas las luces del Palacio de los Deportes de Barcelona y el color de tierra de ochenta y cuatro chaquetas militares forma una impresionante muralla de cuatro pisos: los corazones y ballets del ejército soviético de Boris Alexandrov.
La Unión Soviética no es el socialismo, es el gendarme del socialismo. La gendarmería no es un país, es sólo un estamento y, por cierto, bien «sui generis» del país, como la corteza áspera de un pino no es el pino.
La Unión Soviética tiene una agricultura deficiente, tiene una pequeña industria deficiente y una industria pesada impresionante con un ejército descomunalmente desproporcionado para el país que le da soporte. Esto no pasa ni en China, ni en Cuba.
El ejército soviético es la gran muralla histórica opuesta a la rapiña insaciable del sistema capitalista.
Da escalofríos el contraste entre esta trascendental misión planetaria y los cantos y danzas de este conjunto militar, que ha conseguido la máxima categoría artística dentro de este género.
No se ocultan de la misión militar. Los vestidos, los botones dorados, las gorras de plato con visera, la posición marcial, la disciplina férrea, ciertos himnos, marchas y danzas, unos momentos de extrema dureza en el canto, aun en entonar nuestro himno catalán:
«Endarrera aquesta gent, tan ufana i tan superba» («Atrás esta gente, tan ufana y tan soberbia»).
«Que tremoli l'enemic... quan convé seguem cadenes» («Que tiemble el enemigo... cuando conviene segamos cadenas»).
«Per quan vingui l'enemic, esmolem ben bé les eines» («Para cuando venga el enemigo, afilemos bien las herramientas»).
Especialmente en el «bon cop de falç» («buen golpe de hoz»). Parecía que este himno fuera el suyo.
Pero vienen ahora en misión de paz y hermandad entre los pueblos. Además de hacernos el presente de bellísimas canciones y danzas líricas de los pueblos de la Unión, han trabajado para aprender y ejecutar, con gracia y genio, una multitud de temas musicales de otros pueblos. Andalucía, Castilla, Euskadi, Valencia, Cataluña.
Guerra y paz. Difícil diptongo. Guerra contra los guerreros y paz con los pacíficos. Como hacían los judíos, en una mano la espada contra los enemigos y en la otra la paleta para reconstruir un pueblo pacífico.
¿Sabrán los soviéticos evitar la embriaguez que da el poder militar? ¿Sabrán disminuir las armas y hacer crecer el arte, la cultura, la libertad a medida que disminuya la gente ufana y soberbia?
Lluís M. Xirinacs.