Al servicio de este pueblo.
Avui. Jueves, 13 de Abril de 1978. Página 7.
Polémica Benet-Audet (y II).
¿Por qué resucitar viejas historias? Es patente de todos el antagonismo Benet-Tarradellas. Ayer, en esta misma columna, explicaba mis perplejidades ante las declaraciones de Benet en «La calle» (4-4-1978).
Quiero hacer una última reflexión sobre sus referencias a la primera ida de Tarradellas en Madrid. Menciona que lo hizo de la mano de Manuel Ortínez, Lluís Olarra y Carles Sentís. Y da unas pinceladas para prestar atención a la tendencia derechista de estos personajes.
Yo he visto por los pasillos de las Cortes todos los políticos catalanes de izquierda, incluidos Benet y yo mismo, hablando y tratando de obtener ventajas para nuestro país de todo tipo de altos personajes de la derecha española. No sé a qué viene este escándalo. De momento aún es la derecha quien tiene los resortes principales del Estado. Puestos a explicar, se podrían decir unas cuantas anécdotas bien lúcidas de relaciones de catalanes en Madrid.
Además, todo el mundo sabe el antagonismo absurdo que existió ya antes de las elecciones entre partidos y Tarradellas, antagonismo que, siempre escandalizó el pueblo catalán, que hace ir a Madrid separadamente los unos y los otros, que hizo perder para Cataluña muchas oportunidades y que, por suerte, parece definitivamente superado desde que Tarradellas ha respetado los resultados del 15 de Junio pasado en la composición de su Consejo y los líderes políticos trabajan con Tarradellas de una forma unitaria para el bien de nuestro país.
Sólo hay una excepción, es cierto. Esta excepción es Josep Benet, el hombre más votado del país. Ni él ni ninguna representación de los senadores no figuran en el Consejo de la Generalitat. Yo debería estar quejoso de esta preterición, como todos los senadores catalanes, pero para el bien de la colectividad, callamos. ¿De quién es la responsabilidad de esta falta de respeto al resultado de las urnas? Pensemos seriamente y antes de culpar a los demás analizemos, nuestra propia conducta.
¿Por qué remover viejas historias? Parece que, finalmente, se va confluyendo en el estilo unitario en unos momentos en que la unidad es esencial. Dejemos para situaciones más holgadas los juegos de las discrepancias. Y alegrémonos que, al menos en Madrid, Tarradellas y Benet se entrevisten como evidencia la fotografía de primera página del AVUI de ayer.
Lluís M. Xirinacs.