Al servicio de este pueblo.
Avui. Domingo, 9 de Abril de 1978. Página 9.
Tarradellas, Benet i Pujol.
El otro día decía que Josep Benet, en su última importante intervención en el Senado, preparó la ida del presidente Tarradellas en Madrid. El mismo Benet me lo explicó por los pasillos del Senado. «Hay que reforzar con todos los medios el traspaso de funciones para Cataluña. Queremos el presidente con montañas de expedientes para resolver sobre la mesa». El Benet discrepante dio un gran ejemplo de unidad en las cosas básicas de Cataluña.
Estos últimos días otro hombre, Jordi Pujol, con la minoría de los catalanes del Congreso, también nos ha repetido el mismo ejemplo. Así como Benet reforzó el inicio del viaje del presidente, la minoría catalana del Congreso ha reforzado el final. Tanto, que se puede decir que la única cosa concreta positiva de los dos discursos de Suárez ha sido la promesa de que como mucho la próxima semana estarán los primeros traspasos de atribuciones del Estado central a la Generalitat.
Para mí, son días grandes para Cataluña. por encima de las diferencias, manifestamos ante el Estado central la unión que necesitamos en estos momentos constitucionales. Tarradellas, Benet, Pujol, tres grandes discrepantes, unidos para rehacer un país que renace después de cuarenta años de opresión. Quedan lejos aquellas jugadas antiunitarias que retrasaban la recuperación de Cataluña.
Es admirable de ver que esta Cataluña, un veinte por ciento aún no de la población del Estado español, se convierte en protagonista de este Estado. Tarradellas es recibido y atendido con toda categoría por las más altas instancias del Estado. Benet es aceptado como vicepresidente de la Comisión senatorial de autonomías. Y Pujol, con la minoría catalana, pasa a ocupar el puesto de árbitro de la situación política general, como nos dice Josep Melià.
Paso a paso, Cataluña, marcada por su cordura tradicional, va abriéndose camino con la fuerza que da la cohesión interior, y con la categoría que da el ejercicio de su soberanía, siempre negada por los adversarios y siempre renaciente por encima de todo.
Lluís M. Xirinacs.