Al servicio de este pueblo.
Avui. Viernes, 7 de Abril de 1978. Página 6.
En Winterthur, se ama a Cataluña.
En Madrid se enfadan los elementos del gobierno y los responsables de muchos diarios por las extralimitaciones independentistas del Aberri Eguna 1978. Se trata de escándalos farisaicos. En Madrid saben bien como pensamos en la periferia y, en concreto, vascos y catalanes. Ellos no quieren cedernos el ejercicio del derecho de autodeterminación y nosotros no podemos renunciar a este derecho.
Hoy tengo el gusto de reproducir unas preguntas que me hizo Enric Bellprat, catalán residente en Winterthur, en los días que pasé en Suiza:
«No os cansa, senador, tener que ir a Madrid tan a menudo? ¿Qué peso tiene en el Senado español la presencia de varios senadores catalanes, vascos y gallegos? ¿Qué táctica preconizáis para afrontar las humillaciones a que son sometidos los Países Catalanes desde Madrid? ¿Qué efecto le hacen los cubos de agua fría que os toca aguantar? Os llaman «mendigo de la paz», «apóstol de la no violencia», candidato al Premio Nobel de la Paz; ¿como juzgaríamos las actividades de una ETA catalana? ¿Tal vez no coinciden los planteamientos de Euskadi con los de los Países Catalanes? El señor Cubillo, del MPAIAC, que no es precisamente un adicto de la no violencia, ha obtenido que la OUA que declare Canarias territorio colonial: 1. ¿Dónde deberían acudir los Países Catalanes para pleitear una declaración semejante? ¿En el Consejo de Europa? 2. ¿Me podríais decir alguna nación a la que le hayan regalado la independencia sin haber luchado? Según usted, ¿aumenta o disminuye el sentimiento independentista de los ciudadanos catalanes? ¿Le parece que la Generalitat provisional es el instrumento que hacía falta en el largo camino de la autodeterminación? ¿Qué misión podrían cumplir los catalanes de la diáspora? ¿De qué manera creéis que podemos ser más útiles para el país?».
Creo que, a veces, tiene más mérito saber hacer unas preguntas que dar largas respuestas. Si Madrid quiere, aquí tiene, por medio de estas preguntas, el pensamiento de muchos catalanes. A mí la televisión española me veta una entrevista en Donosti en la semana siguiente del Aberri Eguna. Y no creo que les guste leer un diario escrito en catalán para enterarse de lo que pensamos.
Como dice Félix Cucurull en su feliz artículo «Origen del nacionalisme català» («Origen del nacionalismo catalán»), lo que ellos buscan no es el respeto a nuestra voluntad, sino «sujetar Cataluña como tierra de conquista», el siglo XV y ahora.
Lluís M. Xirinacs.