Al servicio de este pueblo.
Avui. Miércoles, 5 de Abril de 1978. Página 5.
Misterios madrileños.
Se van sucediendo, una tras otra, las visitas del presidente Tarradellas a los altos cargos del gobierno y del Estado españoles. Sorprende el vacío de contenido de las notas periodísticas. Cuando el presidente es preguntado por los informadores suele responder con evasivas o diciendo lo que ya todos sabemos. La conclusión siempre hace referencia a la cordialidad del clima de la entrevista.
Al pueblo le gustan las cosas claras, y por ahora no hay nada de claro. Nos gustaría a todos una democracia más transparente. Pero se ve que el estilo de las democracias occidentales, que siempre acusan las dictaduras orientales de hermetismo, también es hermético, a pesar de bellas palabras vacías que parecen indicar lo contrario.
Recuerdo que la primera vez que visité Tarradellas, en Perpiñán, me dijo: «Es necesario que nuestros políticos aprendan a hacer política en secreto. Se han acostumbrado a tratar todo en medio de la calle. Y no. Así no se puede hacer política».
Evidentemente, la política parlamentaria, hay que hacerla hablando en público, pero se ve que la política de gobierno, la alta política negociadora de Estado sólo se puede hacer a escondidas. En aquella visita a Perpiñán y en otra que le hice a Paris, me puso ejemplos de cómo se habían perdido oportunidades de obtener ventajas para Cataluña por usar la lengua demasiado alto. Me convenció.
Respetemos, pues, los vacíos informativas, ahora que tenemos en plena negociación nuestro primer estadista. Ponemos toda la confianza. Como dijo Josep Benet, con gran elegancia, en el pleno del Senado: «Tarradellas, en Madrid, representa a todos los catalanes, incluso aquellos que, como yo, hemos discrepado de su política».
Hace muchos años que no teníamos presidente, que no teníamos Consejo. Ahora los tenemos. Reflejan admirablemente la voluntad popular expresada el 15 de junio. Han preparado muy bien, todos juntos, este viaje. ¡Mucha suerte, presidente! Estos días, todos estamos con usted, incluso los discrepantes.
Lluís M. Xirinacs.