Al servicio de este pueblo.

Avui. Viernes, 31 de Marzo de 1978. Página 6.

Clavero Arévalo.

Andaluz. Ministro para los asuntos de las Regiones. Me lo imaginaba de formas fascistas y en el pleno del Senado ha demostrado una gran afabilidad, una elegancia ante ataques feroces de sus opositores, una dulzura encantadora.

No lo conocía. Es la primera vez que habla en el Senado. También es la primera vez que en las Cortes se habla de la política preautonómica del gobierno después de ocho meses de caminar por esta línea.

Este hombre dulce no ha dicho nada de lo que quiere dar el gobierno para llenar de contenido las pre-autonomías, como recalcó Benet en su incisiva intervención. Sólo ha prometido que pronto habrá resultados para Cataluña y que todo es muy difícil.

Yo le perdonaría la lentitud. Pero el dulce ministro ha dicho otras cosas difíciles de pasar.

Sólo una vez se le ha escapado el término «nacionalidades». Siempre se ha referido a las regiones. Por algo es ministro sólo para las Regiones.

Ha reconocido que se aceptó la pre-autonomía de Euskadi y Cataluña por realismo político, porque había peligro de una quiebra social peligrosísima.

Afirmó que el decreto del 29-9-1977 de restablecimiento de la Generalitat provisional es mucho más positivo que el de 1931, que representó el comienzo del trauma que llevó a la guerra civil. Esta observación ha producido murmullos de disgusto dentro del grupo Entesa dels Catalans.

Dijo que la Constitución de la república sólo duró seis años. Se ha puesto así del mismo bando de quienes se levantaron el 18 de Julio de 1936. «Para nosotros -ha dicho un socialista- duró ocho años».

Ha reconocido que, tras un tiempo de dudas y de crisis el gobierno quiere las pre-autonomías para todos los territorios con el mismo derecho, por tanto invalida de derecho la distinción entre nacionalidades y regiones.

Afirmó la unidad de España por encima de todo y, alzando la voz, dijo enfáticamente que el gobierno se opondrá siempre a cualquier intento de independentismo o de autodeterminación.

El dulce Clavero, en nombre del gobierno y de UCD, negó el derecho histórico de los pueblos a la autodeterminación, el derecho de Cataluña cien veces reclamado por nuestro pueblo.

En la Cámara ningún orador no ha querido o no ha podido oponerse. En nombre del pueblo del Principado, aplastado desde 1714, del pueblo valenciano, del pueblo de las Islas Baleares y Pitiusas, del pueblo aragonés, del pueblo euskaldun y de tantos pueblos ocupados violentamente por las armas, protesto solemnemente.

Váis muy equivocados, dulce Clavero y compañía. Sois vosotros los que nos empujáis a separarnos con vuestro trato grosero. Todavía la fuerza está de vuestro lado. Pero nunca conseguiréis la renuncia de un derecho que nuestra larga historia de mártires ha transformado en un deber irrenunciable.

Lluís M. Xirinacs.