Al servicio de este pueblo.
Avui. Martes, 28 de Marzo de 1978. Página 7.
«Casa Nostra» en Suiza (y II).
La comunidad catalana de Suiza, aunque en la patria el termómetro de la politización alcanza grados elevadísimos, se mantiene casi por completo al margen de los diferentes partidos. La distanciación del propio país hace que se sienta más fuerte la añoranza de la tierra que no la atracción de la lucha política. Ante todo y por encima de todo, los catalanes de Suiza son unos patriotas que luchan como pueden para ayudar a reconstruir la comunidad catalana después de tantas adversidades.
El esfuerzo en favor de Cataluña se ha dedicado principalmente al terreno cultural. El catalanismo político abierto sólo se ha manifestado en contadas ocasiones a lo largo de los cuarenta años. Había miedo a la represalia al volver a casa. Pero la lucha cultural ha sido valiente y decidida.
No puedo hacer un catálogo exhaustivo en esta breve columna. Sólo menciono algunos hechos que sirvan de muestra.
La procesión de personalidades catalanas invitadas ha sido continua. Por aquí han pasado Pelegrí, Triadú, Rafael Tasis, Maurici Serrahima, Coll i Alentorn, Maria Aurèlia Capmany, Manuel Cruells, Raimon, Batista i Roca, entre muchos otros.
Aquí se han hecho los Juegos Florales de Cataluña en el exilio tres veces. En 1968, en Zúrich. En esta ocasión participaron, además del catalán, las lenguas piamontesa, reto-románica y sarda. Los sardos hicieron una manifestación de homenaje a la cultura catalana, que tanto los benefició. Dijeron: «Hay que conservar los vínculos con Cataluña. Nuestra patria es a Poniente». Y ciertamente, desde hace tiempo invitan nuestro ilustre filólogo Jordi Carbonell a dar cursos de catalán en las universidades sardas. ¡Hermandad entre pueblos oprimidos!
Los segundos Juegos Florales en Suiza se celebraron en 1972 en Ginebra. Hubo problemas para los pasaportes de Triadú y otros participantes de la parte del Principado. Los terceros, en Lausana, en un clima ya mucho más libre.
En Friburgo pasa la jornada Ramon Sugranyes de Franch, que tanto ha hecho por Cataluña. En Wettingen está el Secretariado de Asuntos Exteriores del Consejo Nacional Catalán, a cargo de Joan Lucas i Maajoan. Los catalanes de Suiza rindieron un cálido homenaje al abad Escarré, cuando se exilió en Viboldone (Milán).
Y, siguiendo las huellas del ilustre exiliado catalán en Suiza Carles Cardó, siempre fiel a Vidal i Barraquer, dedicaron el 11 de Septiembre de 1966 el más digno homenaje al cardenal de Tarragona, los restos reposan en la cartuja de la Vallsanta (Friburgo).
Estos días, los he pasado en casa de Joan Serra, en Sankt Gallen. En el mismo edificio, enfrente del antiquísimo monasterio cuna del cristianismo centroeuropeo, está la galería de arte Erker, y siempre exponen cuadros de nuestro Tàpies, decorador de la Universidad Politécnica y de otros lugares de Sankt Gallen.
Pintura, religión, literatura, cultura catalana en Suiza, gracias a «Casa Nostra».
Lluís M. Xirinacs.