Al servicio de este pueblo.
Avui. Domingo, 26 de Marzo de 1978. Página 5.
«Casa Nostra» en Suiza (I).
Dicen que los catalanes nos parecemos a los judíos. Existe ciertamente una gran diáspora catalana esparcida por todo el mundo, que no se contenta de ganarse la vida y se reúne en comunidades catalanas en el extranjero.
Los catalanes de Suiza tienen una larga tradición comunitaria. Ahora merman un poco desde el drástico cierre de fronteras a nuevas inmigraciones iniciada por parte de los suizos hacia el año 1972. Antes había una renovación constante de emigrados catalanes. Desde 1972 quedan los mismos de siempre con las naturales defecciones de los que vuelven a la tierra. Llegaron a existir unos tres mil. Ahora hoy quedan unos dos mil quinientos.
El esfuerzo por mantener el calor catalán ha sido realizado con gran sacrificio. Es necesario que el emigrante trabaje duro si quiere mantenerse. Y la labor social se ha tenido que hacer robando tiempo al descanso merecido.
Así como los judíos esparcidos por el mundo se reúnen en una institución que se llama «Gahal» en hebreo y Call en catalán, así también los catalanes en Suiza y en otros lugares se reúnen en una institución que se llama Casa Nostra (Casa Nuestra).
En Suiza hay Casa Nostra en las ciudades de Ginebra, Lausana, Berna, Zúrich, Baden-Wettingen, Winterthur y Basilea. También está asociada la «Casa Nostra» de Frankfurt de Alemania. La Casa Nostra de cada población es autónoma y tiene su presidente, pero hay un consejo directivo general para toda Suiza, que ahora preside Josep Grau i Collell. También él hace de corresponsal en Suiza del diario AVUI.
En todo el país hay un equipo de redacción de la cuidadosa revista de los catalanes de Suiza llamada «Plançó» («Vástago»). Tengo sobre la mesa el segundo número del año pasado. Habla de las elecciones, los Juegos Florales de Munich, de la muerte del presidente de Casa Nostra de Lausana, de las Seis Horas de canción en Canet y de informaciones de todas partes. También se han intentado otras revistas locales como «L'esqueix» («El esqueje») de Lausana.
Con estos catalanes, despiertos, atentos a toda información que venga «de allí abajo», como dicen ellos para referirse a la patria catalana, tuve la primera conversación al pisar tierra suiza en Zurich el día de mi llegada.
Lluís M. Xirinacs.