Al servicio de este pueblo.
Avui. Jueves, 23 de Marzo de 1978. Página 5.
La santa cena asegurada.
Hoy es jueves santo. Es el día de la eucaristía. Es el día en el que se considera que Jesús celebró la primera misa del mundo. Y como encomienda su repetición a los apóstoles, el día de hoy se tiene como el día del sacerdocio, ministerio pastoral de presidencia de las celebraciones eucarísticas.
Estoy en Suiza, invitado por Joan Serra, sacerdote catalán al servicio de los trabajadores españoles emigrados. Estancia en Sankt Gallen, aunque me hacen hacer incursiones a otras ciudades. Sankt Gallen, la vieja ciudad-cuna del cristianismo centroeuropeo.
Por aquí, poco a poco, el mantenimiento económico de los sacerdotes se va pareciendo cada día más al sistema que está vigente en la Alemania Federal. Antes el sacerdote hacía, en muchos cantones, una visita anual a cada casa de la parroquia, en la que, además de revisar la marcha espiritual de la familia, corregía la tasa de apoyo económico con la que la familia ayudaba la Iglesia, según las variaciones de ganancias del año.
Ahora, uno tras otro, los cantones, por votación popular, se van decantando a poner un impuesto religioso cobrado por el Estado, que entrega el dinero recaudado a las iglesias reconocidas en el cantón, para su mantenimiento.
Parece que el verano pasado, obispos españoles, por medio del cardenal Benelli del Vaticano, fueron invitados a Múnich por algún gran político alemán para el estudio del sistema vigente en ese país. La Santa Sede vería bien que se implantara en el nuevo régimen español. UCD también piensa así. Es un sistema que funciona automáticamente en países ricos; pero España no es rica. Funciona suave y sin tropiezos en países donde el Estado tiene una administración muy neutral, fría y tecnificada. España tiene una administración truculenta, politizada, partidista.
El canónigo de Málaga José María González Ruiz ha denunciado el conformismo del clero alemán. ¿También nuestro clero se nos instalará y cesará en la tendencia actual valiente y evangelizadora para reducirse a prestar unos servicios cívicos y humanitarios del domingo?
A nivel sociológico la Iglesia española tiene unos fermentos anti-burgueses que rechazan este sistema. Y a nivel estrictamente evangélico no me imagino a Jesús cobrando de un Estado que obliga a sus miembros a definirse religiosamente y a pagar a la Iglesia a la fuerza. Todo el Nuevo Testamento está en contra.
¿Por qué no trabajar? ¿Por qué no la ayuda directa y voluntaria de quien quiera? ¿Por qué no sufrir la incertidumbre económica de los demás ciudadanos?
Lluís M. Xirinacs.