Al servicio de este pueblo.
Avui. Miércoles, 15 de Marzo de 1978. Página 5.
En L'Hospitalet de Llobregat.
Esta vez ha sido la gente de L'Hospitalet de Llobregat la interesada en la no-violencia activa. Nos hemos reunido en aquel cine, que funciona como templo parroquial de Sant Josep, y donde el padre Leandre da acogida a todos y promueve toda clase de actividades de cara al pueblo.
El público, convocado sin aspavientos ni truculencias excitantes, hacía una impresión tan grande de seriedad, que nos ha forzado, a los dos conferenciantes, a hacer más una lección rigurosa que una conversación ligera o un mitin enfervorizado. Primero les he hablado yo de no-violencia, y después les ha hablado Jaume Ramonet, del Foment Català d'Ajut i Serveis.
De mí quisieron saber qué hacer para superar la violencia interior de la persona y qué hacer para superar la violencia generalizada en la sociedad. La persona se tiene que respetar el cuerpo, la respiración, la alimentación, la sexualidad, el ejercicio físico, la circulación. Tiene que respetar las cosas, no robar, no codiciar, ser sencillo, ser trabajador, evitar el consumismo. Tiene que respetar a los demás tratándolos con paz, amor y generosidad. Tiene que posesionarse de la fuerza de espíritu que viene de la concentración mental, del estudio exhaustivo y de la intuición de la verdad profunda escondida en uno mismo y en los demás.
Para enjuagar la violencia social hay que controlarse a sí mismo en la sociedad evitando el activismo, la irresponsabilidad y el egoísmo. Hay que hacer experiencias en comunidades pequeñas donde reine el respeto de todos, donde todos trabajen y colaboren, donde todos se amen y se hagan festejos. Hay que actuar sobre la sociedad abiertamente sin clandestinidades, con astucia e inteligencia, tratando de convencer, no de vencer. El no violento no se deja dominar por el miedo ante el poderoso, no es autoritario ni servil, y es creador. Jaume Ramonet ha ofrecido el Foment Català d'Ajut i Serveis como un lugar donde, desde la base, el pueblo se puede lanzar a una tarea de reconstrucción nacional, ahora, a la salida del franquismo, y a una tarea de construcción permanente del pueblo catalán con la sola fuerza de la unión que se concreta en prestación de horas y de dinero. Se trata de montar servicios técnicos de todo tipo para atender las necesidades populares para luchar contra la voracidad de los poderosos que violentan los débiles y los van debilitando más y más.
La paz, la no-violencia, la justicia, he aquí cosas que nunca vendrán regaladas. Hay que conquistarla cada día, en cada barrio, en cada pueblo.
Lluís M. Xirinacs.