Al servicio de este pueblo.
Avui. Domingo, 26 de Febrero de 1978. Página 7.
Cataluña por la paz.
Estoy en Ginebra, sede tradicional del entendimiento entre las naciones, invitado por la delegación catalana del Consejo Mundial de la Paz. Celebra una conferencia internacional contra la bomba de neutrones y participa cualificadamente en la conferencia de las organizaciones no gubernamentales sobre el desarme. Esta última conferencia se hace para contribuir al éxito de la próxima sesión especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas, consagrada al desarme.
El presidente del Consejo Catalán de la Paz es Ricard Salvat. El presidente del Consejo Español de la Paz es Juan Antonio Bardem. En Ginebra, el Consejo Catalán ha enviado María Josep Gómara, y el Consejo Español el vasco Esteban Eguren. Y el Consejo Catalán ha querido que no faltase la presencia de un parlamentario representante de la Entesa dels Catalans. Y aquí estoy.
El Consejo Mundial de la Paz es de inspiración soviética, aunque en los últimos tiempos los grupos eurocomunistas se afanan por convertirlo en una institución representante del más amplio abanico de tendencias. En 1975, cuando yo estaba en la cárcel, este consejo fue sensible a mi lucha por la paz en el Estado español y me distinguió con la medalla del vigésimo quinto aniversario de su fundación. Tengo ahora la ocasión de agradecerles este gesto que me alienta tanto en momentos difíciles.
Es interesante que los catalanes participemos en reuniones de este tipo a nivel mundial. Cada vez hay más interdependencia en el mundo, y si no sabemos salir del nido acabaremos siendo, todos juntos, unos provincianitos irresponsables, cuyo destino se decide sin ninguna participación de los interesados.
Cada Estado tiene una representación en el Consejo Mundial. La lucha de los catalanes, dentro del Consejo Mundial, ha sido conseguir la presencia y reconocimiento de Cataluña, como tal, en el Consejo. Recordemos que era la única nación sin Estado reconocida en la III Internacional Comunista. En la celebración de la Asamblea del Consejo Mundial de la Paz en Varsovia, con una amplia y pluralista delegación de España, la delegación catalana habló en su propia lengua. Así Cataluña conquistan su lugar en el reconocimiento y respeto por parte de los otros pueblos del mundo. El Consejo Mundial también acepta la representación propia de Quebec francófono, a parte de la representación de Canadá. Los soviéticos están más preparados que otra gente para este tipo de reconocimientos.
En el apartamento del hotel donde estanciamos hemos encontrado un detalle amable. Colgados en la pared hay dos escudos de madera policromada al estilo suizo. En uno figuran unos castillos y encima la corona condal de Castilla. Al pie pone «Valladolid». En el otro figuran las cuatro barras catalanas bajo la corona condal de Barcelona y al pie pone «Cataluña».
Evidentemente, Cataluña está por la paz.
Lluís M. Xirinacs.