Al servicio de este pueblo.
Avui. Domingo, 12 de Febrero de 1978. Página 6.
Estudiantes de Lleida.
El inquieto director del instituto mixto Samuel Gili i Gayà, de la ciudad de Lleida, me ha rogado que hable a sus alumnos mayores sobre el tema de la no violencia. Me he desplazado, pues, a la capital de la Tierra Firme acompañado de gente de la no violencia de Lleida y de Barcelona.
Ayer era el Senado, hoy en una escuela. Hace días visité la escuela L'Esclat, del Poble Sec de Barcelona. Yo pensaba que las chicas y los chicos de Lleida serían más inocentes, más ingenuos, y no ha sido así. Les he hablado durante una hora y media sin parar, sin muchos ejemplos, sin anécdotas divertidas. Como una larga lección exigente, y no se han distraído. Del primer al último minuto han mantenido toda la atención. Después ha venido el coloquio y con él las preguntas firmes como la tierra leridana.
¿No es demasiada utopía eso que tú llamas? ¿No hace falta demasiado tiempo para prepararse? La gente tiene prisa para resolver problemas inmediatos y urgentes y no tiene tiempo para profundizar en la no violencia. ¿No sería conveniente matar a una persona que está haciendo sufrir todo un pueblo? ¿Fue violento Jesús cuando sacó del templo a latigazos a los mercaderes que se habían instalado? ¿No se acogerán a la objeción de conciencia gente sin conciencia que quiere sólo rehuir el servicio militar? ¿Consideras no-violentos a los presos que se cortan las venas?
Yo me había de marchar al pueblo de Tornabous de Urgell, ellos querían saber más. Hablaban con la gente que me acompañaba. Se compraban la revista «Pax» que editan los no-violentos de los Países Catalanes. Han entendido la diferencia radical entre la no violencia activa y el pacifismo pasivo. Han visto que la lucha y los modelos no-violentos representan un esfuerzo y un esfuerzo superior al de la lucha y el modelo violento de sociedad. Querrán profundizar en las diferentes ramas de nuestra lucha: el movimiento de asambleas populares, ei movimiento de objeción de conciencia, el control interior y la vida comunitaria, el movimiento ecológico, la lucha a favor de los marginados, el servicio de los compañeros constructores, etc.
Bienaventurados los que padecen hambre y sed de justicia porque serán saciados.
Lluís M. Xirinacs.
