Al servicio de este pueblo.

Avui. Sábado, 4 de Febrero de 1978. Página 6.

El superpuerto de Barcelona.

El proyecto de Cataluña-ciudad fue formulado por Gabriel Alomar a principios de siglo. Se trataba de una imagen idealizada de relación intelectual unitaria entre Barcelona y comarcas. En tiempos de la República el proyecto tomó la forma más práctica de la planificación de todo el territorio del Principado. Si se hubiera llevado a cabo, ahora nuestra tierra sería un hermoso jardín de punta a punta, salpicado de pequeñas ciudades de buen vivir. La realidad actual es, al contrario, un caos.

Narcís Serra, nuevo consejero de Política Territorial y Obras Públicas, en sus declaraciones al diario AVUI, en buena hora, vuelve a pensar en la Cataluña-ciudad. Quiere partir de la comarca. Quiere religar todas las capitales de comarca con una red viaria adecuada. Quiere la desconcentración de la macrocefalia barcelonesa, sin disminuir la función de plataforma principal de servicios para Cataluña. Quiere atacar la costumbre foránea, introducida en nuestro país, de disfrutar (quien lo pueda) de una doble residencia, una para el trabajo y otra para el fin de semana. Esta dicotomía genera en el ciudadano el abandono de la vida cultural y cívica.

Aprovecho la publicación de estas ideas para añadir que hay que rápidamente pensar en el problema portuario catalán. Actualmente, desde la junta de obras del puerto de Barcelona y desde el ministerio de obras públicas de Madrid se presiona muy fuerte para la construcción del superpuerto de Barcelona, con la previa desviación del río Llobregat.

¿Queremos el superpuerto? ¿Es necesario? ¿No sería mejor tratar el problema de los puertos igual que se enfoca el resto de problemas en Cataluña, de forma descentralizada? ¿No aumentaremos la macrocefalia de Barcelona añadiendo ahora todo lo que arrastra a su paso un superpuerto?

Además del de Barcelona, el Principado disfruta del puerto de Tarragona, que ha tomado un gran impulso para servir el polo de desarrollo más grande del Estado, y que se podría especializarse en petroquímica. El puerto de San Carlos de la Rápita, hasta ahora infravalorado y sin ferrocarril, ya empieza a especializarse en tráfico de petróleo, por razón de los nuevos yacimientos. Palamós y Sant Feliu de Guíxols fueron importantes para la salida del corcho. No tienen ferrocarril. Y no llega la autopista. Junto con el de Blanes, podrían especializarse en turismo y en el tráfico de mercancías de las tierras gerundenses. Todavía nos queda el de Vilanova y la Geltrú a medio camino entre Barcelona y Tarragona, que podría, convenientemente ampliado, recoger otras especialidades.

Si Narcís Serra quiere descongestionar Barcelona por medio de un rosario de ciudades que, por otra parte ya existen, unidas por un eje transversal, ¿no se podría también descongestionar el puerto barcelonés por medio de un rosario de puertos en parte especializados, que por otra parte ya existen, unidos por un eje litoral de autopista y ferrocarril y regidos por una organización integrada?

Lluís M. Xirinacs.