Al servicio de este pueblo.
Avui. Miércoles, 25 de Enero de 1978. Página 5.
Pancartas para los jubilados.
Un jubilado, que parece un niño, con toda la vida concentrada en sus ojos, llamó a mi puerta y me ha pedido ayuda para todos los jubilados, pensionistas y toda persona de sesenta y cinco años cumplidos, máximos perjudicados por las medidas de restricción económica. Harán una manifestación el día 27, a partir de las once de la mañana, por la Diagonal, Paseo de Gracia, Plaza Cataluña, Ramblas, Fivaller y plaza de Sant Jaume.
Me han dicho que como los viejos no tienen fuerza en los brazos, deben menester la ayuda de gente joven y valiente para hacer y para llevar pancartas alusivas sólo de pensiones.
Él ofrece los eslóganes siguientes: «Gobernantes, los viejitos queremos vida noble / que nos pague con dinero del pueblo», «Salimos a la calle, cojos y demacrados / el gobierno nos tiene abandonados», «Los que cobran gran mesadas / no cenan dos veces», «¡Si una persona no va a cotizar / no se la debe abandonar!», «Si las leyes están mal hechas / que nadie se embolse las pesetas», «Si la tercera edad es infancia / la pensión injusta es tristeza», «Los gobernantes nos van prometiendo / mientras al cementerio vamos cayendo», «Joven, tú mañana viejo serás / ven y danos el brazo», «Los que más de quince mil pesetas cobran / venid y también protestad», «Estos malos repartos / son falta de buenos sentimientos», «los ancianos queremos alegría / y el dinero justo para calorías», «lo que pedimos, todo el mundo lo sabe de sobra / parece una maldad hacer buenas obras», «si los ministros fueran viejos y «pelados» / nuestros asuntos estarían arreglados», «si los buenos desean ser selección / tened piedad y compasión», «Pensad en nuestras penas / la miseria nos tortura las venas», «Los ancianos necesitamos el abrazo y los beso / y los céntimos para todo el mes», «todo lo que pedimos es urgente / somos ancianos y cada día vamos cayendo», «somos flores marchitas y con el cuello torcidas / por favor, ábrenos las puertas», «No queremos lujo ni grandeza / pedimos dulzura y ternura».
¿Quién se apunta?
Lluís M. Xirinacs.