Al servicio de este pueblo.
Avui. Domingo, 8 de Enero de 1978. Página 5.
Religión y marxismo.
Participo en una reunión de clarificación intelectual sobre el hecho religioso, sus condicionamientos sociales y su incidencia en nuestra sociedad actual, que tiene lugar en Madrid, con asistencia de gente creyente y no creyente de todo el Estado español. Se ha expuesto la historia religiosa de estos últimos cuarenta años, vista desde el centro, desde Euskadi, desde Galicia, desde Andalucía y desde Cataluña. Creo que allí donde el hecho religioso goza de mejor salud a nivel de pueblo es en Cataluña. Hay más pluralismo, más riqueza de matices, más nivel, tanto científico como carismático, más implantación consciente en el mundo del trabajo. No somos, en esto, un pueblo desdichado.
Sin embargo, como observación, se ve el trasvase del predominio de un poder fascista sobre la religión al predominio de un poder marxista sobre la religión. Vista su importancia, su fuerza social, responsable en parte, según dijo el comunista Azcárate, que asiste, a la derrota, en 1939, de las fuerzas populares, ahora todo el mundo festeja la religión y, en especial, los comunistas.
Creo que Marx, en un momento de su vida, cuando decide escribir El capital, y reducir el socialismo a ciencia, opta no dialécticamente para marginar otros aspectos no reducibles a ciencia del socialismo, que toma por su parte Bakunin, también de una manera no dialéctica, como nos ha dicho Aranguren, que también asiste. Desde la separación de Marx y Bakunin, en la Primera Internacional Socialista, se ha abierto un periodo de contradicciones ciegas que chocan entre sí. El marxismo, derivado de la escisión, es más una iglesia opresora que un foco de liberación profundo.
Lluís M. Xirinacs.