Al servicio de este pueblo.
Avui. Viernes, 23 de Diciembre de 1977. Página 5.
Andalucía.
He estado en Málaga tras el paso de los cuatro jinetes del Apocalipsis. He tenido una rara oportunidad de hablar con gente de izquierdas y con gente de la Alianza Popular. Estos últimos reconocen que la muerte del chico de CCOO es un absurdo inmenso. Y comprenden la reacción popular, aunque condenan ei vandalismo posterior. Pero dicen que tenían informaciones, ya los días anteriores, que se veían bolsas cargadas con piedras y que determinados grupos querían rodear las fuerzas de orden. Defienden la actuación de la policía diciendo que no cargaron contra los manifestantes pacíficos que iban con niños, sino encima de activistas que, según les constaba, llevaban intenciones nada pacíficas.
La parte contraria afirma que la manifestación era una fiesta inocente, que el chico que subió al balcón de la diputación no quería tocar la bandera española, sólo quería poner la bandera andaluza, que faltaba por orden del presidente de la diputación. La decisión de no poner la bandera andaluza en las diputaciones fue tomada por el conjunto de presidentes de diputaciones de Andalucía. El presidente de Málaga se limitó a cumplir un acuerdo. En los días siguientes la actuación de la fuerza pública se realizó sin contemplaciones. Agredían cualquier persona que fuese por la calle y aun disparaban goma y humo contra los que asomaban la nariz por los balcones. Tanto, que la gente sencilla del pueblo se exclamaba: «Ahora entendemos la ETA».
Es cierto que debido a la provocación, reacción popular y consiguiente represión, el Día de Andalucía debe dar un paso adelante decisivo en el nacionalismo andaluz. Durante quinientos años Andalucía ha sido una colonia explotada y oprimida. El cambio de poblaciones -marcharon los árabes y vinieron los cristianos- hizo imposible una clara definición étnica. Pero durante estos últimos quinientos años el pueblo andaluz ha demostrado sobradamente que tiene un genio propio, unas costumbres, una geografía, una forma de hablar, un empuje bien definido, que constituyen los requisitos previos para convertirse en una nación. Sólo faltaba la voluntad nacional explícita. La explotación económica y la opresión política constantes lo impidieron.
El Día de Andalucía de 1977 es el día de la primera afirmación pública nacional de Andalucía. A todo lo largo y ancho de aquel bello y desgraciado país se ha manifestado el pueblo en este sentido. También los andaluces inmigrantes en Cataluña se manifestaron por la patria andaluza con el pleno apoyo del pueblo catalán en el centro de la plaza principal de Barcelona.
Andalucía levanta la cabeza y quiere ser soberana. Los catalanes te saludamos, novel pueblo hermano. Y las fuerzas de izquierda, dominantes en Cataluña, te prometen velar para impedir en adelante la parte de expoliación que algunos de nuestros hijos te han estado imponiendo hasta hoy en día.
Lluís M. Xirinacs.