Al servicio de este pueblo.
Avui. Miércoles, 14 de Diciembre de 1977. Página 5.
A Salvador Casanova.
Estimado amigo: me has escrito una carta en la página de diálogo del Avui. No quería responderla porque creo que en esta columna la voy respondiendo ampliamente. Pero hay gente que insiste en que te responda, ya pesar de la estrechez de una columna, te diré algo.
Primero que todo, agradecerte el tono. Se ve que me aprecias. Salvador, tu eres un prodigio de nobleza. Todos lo hemos visto en tus múltiples intervenciones a lo largo de tantos años de Asamblea de Cataluña.
Sin embargo, tú y yo discrepamos en un punto fundamental: lo que podríamos llamar la esencia de la democracia. Tú crees en unas reglas, yo creo en las personas. Tanto si nos gusta como si no, la Asamblea de Cataluña ya no es una asamblea de Cataluña. Casi no tiene a nadie. Tanto si es para bien como si es para mal, las grandes masas de población se van con los partidos y grupos ganadores de las elecciones. Si la gente está allí, es allí donde hay que ir a buscar. No es con un digno y noble enfrentamiento testimonial con los grandes partidos como recuperaremos el pueblo, sino pagando un tributo de moderación, de adaptación, de comprensión de los centros de interés de las masas, que por desgracia todavía se mueven por terrenos fuerza derechistas. Discrepo de ti en el juicio que haces de ciertos partidos parlamentarios que se dicen populares. Tú los consideras traidores a unos principios. Yo los considero sensatos y adaptados a la situación real de la mayoría de los catalanes, a pesar de que una campaña electoral relámpago pueda hacer parecer lo contrario. No les quito defectos, manipulaciones de la gente, de la prensa. Es cierto que manipularon mi salida de la Asamblea como manipularon su propia salida.
Pero a ti te engaña principalmente lo que cabalmente es tu gloria: la Asamblea de Granollers del Vallés Oriental. Esta asamblea, ciertamente, es democrática, es popular y tiene pocos defectos de manipulación. Pero está muy solita.
Los partidos que aún quedan en la asamblea, los creo muy honrados, muy coherentes, muy limpios, pero idealistas, separados de la gran masa del pueblo, en buena parte debido a su servidumbre para con los principios y su falta de realismo.
He intentado repetidas veces y de diversas formas de haceros ver esto en vano. Me he ido por ello, por fidelidad a un pueblo de carne y hueso, no de ideas y razones. Creo que la asamblea de Granollers está viva, como hay otras. Creo que no tenemos Asamblea de Cataluña y que hay que rehacerla. Si la rehacéis vosotros, a pesar de que yo ahora la vea imposible, sin orgullo volveré. Si la rehacemos entre todos, también espero reencontrarte.
Lluís M. Xirinacs.