Al servicio de este pueblo.
Avui. Jueves, 8 de Diciembre de 1977. Página 6.
Deseos y posibilidades.
En unas declaraciones mías, hechas en Donostia, que indignaron «Diario 16» y el señor Esperabé de Arteaga, distinguía entre política de deseos y política de posibilidades. Decía que los partidos parlamentarios practicaban la segunda mientras que ETA practicaba la primera.
En un país de inquisiciones y de terrorismo intelectual, el diario madrileño y el diputado por Salamanca se han rasgado las vestiduras ante una afirmación aséptica.
También dije que entendía la ETA. Está formada por gente joven. Los jóvenes se guían más por el deseo idealista que por el realismo posibilista. Además, ETA es nacionalista de Euskadi y Euskadi es una nación joven. Las naciones jóvenes, que han entrado tardíamente en el movimiento histórico, también se mueven más por deseos que por posibilidades. Así hemos visto acciones nacionales suicidas como las de los judíos en tiempos de los romanos y las de los indios de América del Norte ante el avance angio-sajón. El deseo ciego de autoafirmarse puede más que el arreglo, ya transacción o el pacto por la supervivencia. Aunque se podría añadir otra consideración. El juego del posibilismo histórico es consecuencia de la lucha de clases. El opresor es el poderoso que realiza su deseo. El oprimido es el posibilista que trata de arrancar migajas de poder al opresor y que avanza con astucia y prudencia porque se sabe débil. Pero existe una tercera capa social nutrida de pequeña burguesía y pequeños agricultores por cuenta propia que no es del todo ni opresora ni oprimida, o es las dos cosas a la vez. En Guipúzcoa, el meollo de ETA, y en general, del nacionalismo vasco radical, domina esta tercera capa social que debido a su situación económica de deseos económicos satisfechos y sin necesidad de oprimir puede dedicarse a luchar por los deseos nacionalistas pisoteados por la clase dominante.
Me parece que todo esto hace bastante inteligible la ETA.
Pero hay que añadir que por encima de toda consideración de oportunidad política -yo creo que ETA es inoportuna en estos momentos- ETA, como cualquier otro movimiento de deseo salvaje, nos avisa de la existencia real de este deseo popular. Y este aviso es importante incluso para los posibilistas. Si los políticos sólo se dedican a condenar a ETA por su voluntarismo idealista, serán ellos los que caerán en voluntarismo idealista por anteponer sus esquemas a la realidad del deseo nacional euskaldun. El nacionalismo vasco estalla por donde puede. Puede estallar más fácilmente en Guipúzcoa que, por ejemplo, en Vizcaya. Pero a pesar de ello existe subterráneamente por todo el País Vasco.
Yo tengo el deseo de la no violencia. Se me hace insoportable cualquier muerte. También la muerte del policía de Iruña. Pero igualmente se me hace insoportable la dominación centralista de las nacionalidades. Es necesario que todos los que se llaman demócratas respeten los deseos de los pueblos.
Lluís M. Xirinacs.