Al servicio de este pueblo.
Avui. Viernes, 18 de Noviembre de 1977. Página 5.
«Denuncia y trabaja».
El día 14 fui llamado a Zaragoza por la Asociación de Servicio Voluntario para el Desarrollo «Compañeros constructores». Pertenece a una organización internacional con sede en Bruselas. Trabajan duro. Donde más trabajo han hecho es en Zaragoza. Justamente este día inauguraron la sede del grupo local en Zaragoza.
Son un movimiento de personas, sobre todo jóvenes, de todas las ideologías y clases sociales, que busca un cambio en la sociedad, comprometiéndose al trabajo para la liberación integral del hombre, concretamente de los sectores marginados y oprimidos, tanto en el aspecto cultural como material. Su fin es el respeto, la defensa y la mejora de los derechos humanos. Se declaran apartidistas y aconfesionales, como grupo político, y emplean como medios principales tanto el trabajo manual (construcción de guarderías, escuelas, caminos, viviendas, etc.) como el trabajo cultural (alfabetización, cursos de formación, colonias, etc. ). Este trabajo lo realizan en Campos de Trabajo en torno a un proyecto. Pero aquellos que quieren dedicarse a ello aún más se comprometen a más tiempo (meses o años) y pueden prestar su servicio en el país o en el extranjero, preferentemente en países del Tercer Mundo. También se establecen grupos locales con compromiso de trabajo, de trabajar continuamente, en un barrio o pueblo. Algunos lo llaman de inferioridad.
Ellos están inquietos porque odian por un lado la pasividad de quienes abandonan todos los problemas en manos del Estado y consumen sus fuerzas sólo en hacer crítica, y por otro lado odian poner parches a la mala actuación pública y convertirse en una asociación caritativa que en el fondo ayude al sistema. Quieren criticar y quieren servir. Leo en la pared del piso donde viven unos cuantos en común: «Denuncia y trabaja».
Voy hacerles una conferencia, a la que sigue un vivo coloquio sobre el tema «Métodos no violentos y lucha política». Lo eligieron ellos. La sala, llena a rebosar. Mucha gente quedó fuera. Las preguntas del coloquio iban al grano. Abundancia de gente joven. Un interés vivísimo.
¿Cuándo nos convenceremos de las enormes reservas de servicio, de generosidad, inteligencia y espíritu crítico que hay escondidas en nuestra gente y que esperan su oportunidad para manifestarse en actuaciones sociales transformadoras, revolucionarias, que tuerzan toda la opresión y marginación que aún sufrimos?
Reflexionemos, catalanes.
Lluís M. Xirinacs.