Al servicio de este pueblo.
Avui. Jueves, 20 de Octubre de 1977. Página 5.
Calinova y Vall d'Hebron.
La gran frase que la soberanía viene del pueblo se concreta, en el momento en que vivimos, en los continuados clamores que suben de todas partes para una ordenación mejor de nuestra vida social, con la intención de que los representantes democráticamente elegidos los transformen en actuaciones administrativas adecuadas o nuevas ordenaciones legales. Aquí y allá, empujadas por situaciones injustas, florecen asambleas formales o informales que tratan de ejercer su soberanía.
Me llega la mención de la Coordinadora de Viviendas de Alquiler, formada por las Asociaciones de Vecinos del Turó de la Peira y de Sant Genis dels Agudells. Están ahogados por el precio de los alquileres. Todavía nos es obligatoria la ley de arrendamientos urbanos (1964), que considera suntuaria «todo vivienda alquilada después del 1 de Enero de 1960, y que pague un alquiler no inferior a seis mil pesetas». Esto permite a las inmobiliarias de aumentar cada año el alquiler según el aumento del índice del costo de vida (1976 aproximadamente 21%). Actualmente son mayoría las viviendas que pagan más de seis mil pesetas al mes. Los alquileres más normales de un piso de 75 m2 son de doce mil a catorce mil pesetas.
Un piso de trece mil pesetas, con el aumento, se pone a 15.830 pesetas. Y si el aumento del costo de vida se convierte este año, como se prevé, de un 40%, nos iremos a un alquiler de 18.200 pesetas al mes.
Existe un decreto-ley, de vigencia hasta final de año, que sustituye el aumento del costo de vida por el aumento del coste de la vivienda. La rebaja es escasa y la Zona-3 de la Cámara de la Propiedad Urbana, según un artículo de «La Vanguardia» de 13 de Septiembre de 1977, dice que se puede continuar exigiendo el primer índice.
Por otra parte, los salarios se congelan muy por debajo del índice del costo de vida, de modo que, de hecho, disminuye en un 18 o un 25%.
¿Qué familia trabajadora resiste esto? Y, sin embargo, quedan obligadas a aceptar la firma del contrato con estas cláusulas por la falta endémica de viviendas.
De momento piden congelación de alquileres y una ley nueva en la confección de la que quieren participar. Luego, si la cosa se pudre, ya veremos.
Lluís M. Xirinacs.